Marcela Hurtado, académica del Departamento de Arquitectura, destaca que si bien existen importantes avances, la principal deuda es la implementación de un Plan de Gestión y Manejo del sitio, el cual fue solicitado por la UNESCO en el momento de su nombramiento.
Fue a mediados de 2003 y tras un proceso de seis años, que el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO, decidió nombrar el área histórica de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad. Hoy, luego de 10 años, son diversos los aspectos en los que se ha avanzado y otros que aún están pendientes, siendo la implementación de un Plan de Gestión y Manejo del sitio, la principal deuda.
Según detalla la académica del Departamento de Arquitectura de la Universidad Técnica Federico Santa María, Marcela Hurtado, “cuando un sitio se ubica dentro de la categoría de Patrimonio Mundial de la UNESCO entra naturalmente en un circuito, apareciendo de diversas formas en la escena internacional, convirtiéndose en un lugar más atractivo y siendo favorecida principalmente por el turismo, a nivel nacional e internacional, lo que implica todo un equipamiento asociado”.
Entre los grandes aciertos en materia de recuperación, recalca la compra de los ascensores de Valparaíso por parte del Estado y con miras a su recuperación en el mediano plazo. “Creo que estas instalaciones son realmente excepcionales en cuanto a originalidad, valor histórico y tecnológico. La ciudad no puede permitirse la pérdida de estas magníficas obras que constituyen uno de sus elementos físicos más valiosos y que ilustran de manera ejemplar un momento social y económico del cual la ciudad como conjunto se ve beneficiada en cuanto a infraestructura”.
En lo que se refiere al desarrollo urbano, la también Secretaria General del Comité Chileno del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios, ICOMOS, destaca la modificación de la normativa (Plan Regulador Comunal) y que significó la ampliación de la zona de conservación y la protección del paisaje urbano amenazado por la construcción de torres en los cerros. También se concretaron obras de recuperación de espacios públicos y un par de ascensores, como parte del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso.
Sin embargo, advierte que la gran deuda pendiente es la implementación de un Plan de Gestión y Manejo del Sitio, el cual fue solicitado por la UNESCO en el momento de la inscripción de Valparaíso, esto es, hace 10 años. “Este es un instrumento indispensable para un manejo eficiente del sitio, que resguarda los valores universales excepcionales, incluyendo una mirada global que integra planificación y gestión”.
La ausencia de este plan, agrega, redunda en aspectos que dificultan una renovación real y sustentable del Centro Histórico de Valparaíso y ejemplo de ello, son las escasas políticas de apoyo a la población local en términos de vivienda o de actividades económicas, cuando debieron ser ellos los primeros en verse beneficiados con la nominación de la ciudad puerto.
“Esto debiera impactar positivamente en el desarrollo social y económico de su población, como uno de sus objetivos principales. La UNESCO es muy clara en señalar la importancia de las comunidades asociadas a los sitios, dado que son ellos quienes le imprimen valor y sentido a los lugares. De ahí la relevancia de incluirlos en el desarrollo y recuperación del mismo. Esto no significa excluir nuevos usos, sino más bien integrar a todos los actores en este complejo proceso de renovación”, explica la especialista en Patrimonio.
En base a lo anterior, Hurtado destaca que en Chile no existía experiencia en manejo y gestión de sitios de esta complejidad. “Es difícil hacer una crítica porque estamos aún en la etapa de aprendizaje, de consolidación de equipos de trabajo, de construcción de redes y de definición de roles de los diferentes actores y la a implementación del Plan de Gestión será una interesante comprobación de la madurez de las organizaciones creadas con el propósito de aportar a la regeneración de Valparaíso”.
A esto también se debe sumar, “la falta de programas efectivos de recuperación de viviendas la falta de programas efectivos de recuperación de viviendas (tipo subsidios) que puede hacerse de manera progresiva; o la implementación de mantenimiento periódico, capacitando a los residentes. Esto evitaría la gran cantidad de incendios o el alarmante deterioro de valiosas viviendas históricas, piezas irremplazables en la trama urbana”.
Fuente: DIRECCIóN GENERAL DE COMUNICACIONES / Universidad Santa María - 03/07/2013
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