Se trata de Puente Cancha, Forestito y Carrusel, tres actividades que se desarrollan en el marco del Centro Comunitario Sonríe, iniciativa integrada por alumnos de distintas carreras de la Universidad Santa María.
Contribuir al bienestar social mediante la ayuda a personas en estado de vulnerabilidad, es el principal objetivo del Centro Comunitario Sonríe, iniciativa integrada por alumnos de la Universidad Técnica Federico Santa María y que reúne tres proyectos sociales desarrollados en la Región de Valparaíso: Puente Cancha, Forestito y Carrusel.
Según explica Esteban Ruiz, estudiante de Ingeniería Civil Industrial y uno de sus miembros, esta acción comunitaria es realizada por jóvenes voluntarios que buscan transformarse en agentes de cambio social. “Nuestro objetivo inicial fue resolver las problemáticas financieras y de gestión que presentaban estos tres proyectos sociales, para mejorar su quehacer, obtener recursos y captar nuevos voluntarios, cuya presencia es clave para el desarrollo de las actividades”.
Uno de estos proyectos es “Puente Cancha”, un comedor que quincenalmente entrega acompañamiento y comida a quienes viven en situación de calle. “Se realiza los días sábado, entre 11 y 14 horas, al interior de un container instalado a un costado del estero Marga Marga, entre las calles Cancha y Mercado en Viña del Mar. En la preparación del almuerzo participan tanto voluntarios como las casi 60 personas asistidas, lo que no solo permite acompañarlos, sino que conocer en profundidad su realidad”, explica Ruiz.
Compartir con niños en riesgo social es otro de los ejes de acción del Centro Comunitario Sonríe. A través de “Forestito”, cada quince días sus voluntarios realizan un acompañamiento a niños entre cuarto y octavo básico de la Escuela Villa Independencia de Viña del Mar. “Los sábados, de 9 a 14 horas, cerca de cincuenta niños participan de actividades pedagógicas y talleres de cocina, música, armado de maquetas, reciclaje, teatro, baile, ajedrez o malabarismo. La jornada termina con un almuerzo y a fin de año se realiza un paseo”, destaca.
“El objetivo de esta actividad, que se realiza de abril a diciembre, es contribuir al mejoramiento del aprendizaje a través del desarrollo de vínculos con jóvenes voluntarios, quienes entregan cariño, respeto y valores. Nos interesa mostrarles que hay un futuro más allá de su escuela y su cerro, y acércales el mundo universitario”, añade Ruiz.
En esta misma línea, se desarrollan también las tardes recreativas Carrusel y que están orientadas a los niños que residen en hogares de menores de Viña del Mar y Valparaíso. “Son jornadas de entretención y distracción en que los niños pueden compartir a través de juegos con sus pares y voluntarios. Son actividades especialmente preparadas para ellos”, precisa.
Este año se realizarán nueve de estas tardes recreativas en las que participan diversos hogares como Teresa Cortés Brown, Arturo Prat y Teresita de Lisieux, entre otros, y en donde intervienen hasta sesenta voluntarios cuando se tratan de jornadas con un mayor número de niños.
“Nuestro lema es “El cambio lo haces tú”. Creemos que no tenemos que esperar a que otro lo haga, sino que nosotros mismos y comprometidos. No podemos quedar indiferentes frente a lo que pasa a nuestro alrededor y hemos querido trabajar en Viña del Mar, particularmente, porque pareciera que no hay problemas y no es así. Uno va a los cerros y se da cuenta que hay una realidad totalmente distinta”, sostiene Ruiz.
Fuente: DIRECCIóN GENERAL DE COMUNICACIONES / Universidad Técnica Federico Santa María - 02/07/2014
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