Mucho auto�
Columna de Pedro Serrano R., acad�mico del Departamento de Arquitectura UTFSM.
Columna de Pedro Serrano R., acad�mico del Departamento de Arquitectura UTFSM.
Un tornado mata 14 personas en el norte de M�xico y es noticia mundial. Un fin de semana largo como el del pasado 21 de mayo, en Chile, deja 27 muertos en accidentes de tr�nsito como promedio, y no es noticia para nadie salvo para los deudos, o heridos, que pueden llegar a cientos. Pero eso es menos noticia aun. �Qu� nos est� pasando?
Una hip�tesis posible guarda relaci�n con la estructura de mercado que define tan groseramente la econom�a social en Chile. Un mercado que, dominando la publicidad nacional, ha logrado una cultura de la individualidad m�s abyecta, sumada a la creencia y fe ciega en lograr la movilidad social aspiracional por medio del consumo.
Bajo dicha hip�tesis, los chilenos aspiracionales tenemos como un objetivo alcanzar la felicidad consumiendo un autom�vil; mientras m�s caro y m�s 4 x 4, mayor ser�a la movilidad social aparente que se adquiere.
�La compra de un auto mejora tu cultura? �Y los muertos? Bueno, los muertos por accidentes de tr�nsito a la luz de esta hip�tesis, parecen ser una consecuencia l�gica, cotidiana e inevitable, y no merecen una reflexi�n que opaque nuestra felicidad de mercado. Este se va a encargar de que no lo pienses mucho. Los m�s felices, eso s�, son los que importan y venden autos, gasolina, seguros, cobran tags y peajes, las funerarias de carretera y las desabolladoras.
Hip�tesis aparte, el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, anunci� ��feliz?�, que los autom�viles en Chile hab�an llegado a los 4,5 millones, poco menos que uno cada tres chilenos vivos. Tomando una media de 5 metros de largo por veh�culo estacionado, esto significar�a 22,5 millones de metros, o sea 22.500 kil�metros lineales de autos estacionados.
Vale decir, tenemos ya autos para colocar en fila y recorrer cinco veces con autos estacionados los 4.329 kil�metros lineales del pa�s m�s largo del mundo, Chile. La f�rmula del desastre es simple: felices comprando autos, educaci�n en ca�da y caminos insuficientes.
Estad�sticamente esto mejora crecientemente las probabilidades de accidentes mortales. Si a esto se le agrega la sensaci�n de poder, mezclada con la felicidad antes mencionada y algunos procesos culturales mal transferidos al individuo, la probabilidad de morir se incrementa a�n m�s.
Tengo por all� algunos cuentos de ciencia ficci�n de los a�os 70 del siglo pasado, donde se especulaba sobre una sociedad h�per movilizada y con falta de incentivos para vivir, donde la m�xima entretenci�n del fin de semana era tomar la carretera a la playa del t�nel de la muerte, t�nel que cada cierto tiempo se cerraba y exterminaba a los que ten�an la mala suerte de estar adentro en ese momento. Control de poblaci�n, emoci�n y adrenalina al mismo tiempo. Todos sal�an en su auto esos d�as por la emoci�n de que pasase algo.
50 a�os despu�s, se ha logrado establecer un jueguito semejante, y en Chile ya no es ficci�n. Salga usted con su familia a caminar cerca de la ruta o manejar un fin de semana largo, y tendr� acceso liberado a una de las 27 muertes que ofrece el mercado en ese corto per�odo de tiempo, m�s la anhelada adrenalina final por el hecho de haberse salvado. Juegue usted con los auspicios de�
Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 01/06/2015
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