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UTFSM | 2011

Memoria del tsunami. Un seguro para vidas futuras.

Columna de Pedro Serrano, académico del Departamento de Arquitectura de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Memoria del tsunami. Un seguro para vidas futuras.
Comunicado de prensa

Memoria del tsunami. Un seguro para vidas futuras.

Nuestra mala memoria histórica es desde ya un mito bien asentado. Ejemplos hay muchos y algunos de ellos se asocian al tsunami, fenómeno nada de desconocido en nuestras costas. El asunto es de seguridad pública para cuando, luego de pasados muchos años, con negativo impacto en las memorias de pueblos y ciudades costeras, se construye o vuelve a construir en los sitios donde el mar ya estuvo haciendo de las suyas. Esto ocurre hoy por simple inocencia, tozudez, desmemoria, falta de información o simplemente haciendo caso omiso de la historia con algún aliciente económico…

La verdad es que si alguna vez el tsunami llegó hasta allí, alguna vez en el futuro volverá a hacerlo y quien se asiente bajo el nivel del territorio alcanzado, debiera responsablemente saber a qué se

expone.

Un ejemplo de lo que escribo está en la memoria histórica de la ciudad de La Serena: “El 10 de noviembre de 1920 ocurrió un tsunami en la bahía de Coquimbo a raíz del terremoto ocurrido en Vallenar. Hay amplia documentación con fotos de embarcaciones varadas en la avenida Baquedano de Coquimbo; y los relatos hablan de que el mar subió hasta las cercanías de la Estación de Ferrocarriles de La Serena, y hasta la Calle Aldunate en el centro de Coquimbo”. Esto es algo que no deben olvidar los habitantes de los complejos inmobiliarios de la Avenida del Mar y los visitantes de la hermosa playa. Alguna vez hicimos el cálculo con nuestros estudiantes (de Arquitectura USM) y un peatón no entrenado no alcanza a llegar corriendo en los 20 minutos esperables desde el nivel del mar al territorio seguro, que es prácticamente la nueva carretera o el terminal de buses. Por algo ese territorio fue siempre un humedal.

Otro ejemplo notable es Arica: en 1868 otro tsunami dejó varada en los cerros una

motonave norteamericana, el Wateree y el relato de un oficial es asombroso: \"A partir de ese instante, el mar pareció desafiar todas las leyes de la naturaleza. Diversas corrientes se precipitaban en direcciones opuestas y nos arrastraban a una velocidad que jamás hubiéramos alcanzado, aunque marchásemos a todo vapor. La tierra temblaba continuamente, en intervalos regulares, cada vez con menos violencia y durante menos tiempo. El sol se levantó sobre una escena de desolación como pocas veces pudo contemplarse. Estábamos en seco, a tres millas del sitio en que habíamos anclado y a dos millas tierra adentro (unos 3,5 kilómetros). La ola nos había transportado a una velocidad increíble por encima de las dunas de arena que bordean el océano, a través de un valle, y más allá de la vía del ferrocarril que va a Bolivia, para abandonarnos al pie de la cadena costera de la cordillera de los Andes. Ahí, sobre el acantilado casi vertical, descubrimos el rastro que la ola del maremoto, a unos 47 pies de altura (unos

15 metros), había dejado. Si la ola nos hubiera arrastrado 60 pies más adelante, nos habría estrellado contra el muro perpendicular de la montaña.\"

Sin ser alarmista se puede asegurar que un tsunami de esta intensidad, la de 1868 entró 3,5 kilómetros tierra a dentro en Arica y montó al navío de acero sobre los cerros, cubriendo así casi todo lo que se considera hoy la ciudad de Arica. Cuando uno mira los complejos inmobiliarios de Chinchorro piensa, si en verdad se comunica esto a los inocentes compradores, si hay alguna estrategia de escape o de que se trata. Por algo Arica centro tiene un disciplinado plan de contingencia.

La propuesta: Para mantener la memoria intacta de la población, puesto que algún día puede que el mar en cualquier localidad costera rompa su propio record, es la siguiente: que cada ciudad coloque hitos históricos, firmes, claros y altamente visibles, que duren cientos de años, en los límites de la última ola conocida. De este modo se asegura que quien quiera que

construya o compre o arriende más debajo de este límite real, en uno o cien años más, sepa y tome responsablemente sus decisiones, solo eso, información. Algún día habrá tecnología que soporte un tsunami como los conocidos o formas de arrancar más eficientes, el tsunami se puede repetir en cientos de años, o mañana, nunca se sabe. Mejor estar informado.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 15/04/2011


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