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UTFSM | 2012

Ecce homo

Juan G. Ayala, Profesor Departamento de Estudios Human�sticos, Universidad T�cnica Federico Santa Mar�a

Ecce homo
Comunicado de prensa

Ecce homo

Seg�n cuenta San Juan 19.5, Poncio Pilato dirigi�ndose a la poblada le gritara, �ecce homo�, �he aqu� al hombre!, en una clara actitud de desprendimiento de responsabilidades, actitud tan romana en tanto desde el realismo y concretitud que la caracterizaba, separaba a Roma de un problema pol�tico y muy enojoso que no tra�a ning�n r�dito a las arcas imperiales, ni tampoco un valor simb�lico que prestigiara a los invasores por sobre los invadidos.

Roma siempre guard� distancia de los logros alcanzados por los griegos, quienes llegaron a tal grado de abstraci�n alfanum�rica y de lenguaje, que pretender superarlos no era pr�ctico ni prudente, por tanto prefirieron dar un sentido de perfecta organizaci�n a todo lo que hac�an, siendo el derecho y la ingenier�a sus conquistas mayores, sustentadas ellas en la

permanente campa�a militar y expansionista. Tanto al ejercicio del derecho como de la ingenier�a les era propio, la necesidad de estructurar y reducir al m�nimo posible, el azar y la libre interpretaci�n.

El quehacer de los magistrados y de los ingenieros, se conceb�a como la mejor manera de preservar a Roma en su vocaci�n de eternidad, fue por tanto �ecce homo�, solamente la expresi�n de un deseo de despejar lo que podr�a corromper ese orden buscado. Sin embargo como la alocuci�n refiere al hombre, abstra�do de su encarnaci�n de sujeto, resulta ser que toda la Humanidad es la interpelada, y espec�ficamente la mancillada y violada en su integridad. Hoy en d�a a cada violaci�n de derechos debi�ramos gritar �Ecce Homo!, no importando que si la intervenci�n pict�rica que la aragonesa Cecilia Gim�nez hiciera, constituye o no un desastre art�stico, un acierto tur�stico, un paleativo al aburrimiento de cibernautas cesantes, o un incentivo cuasi animista que acreciente la profesi�n de fe.

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El valor de lo ocurrido en el santuario de Nuestra Se�ora de la Misericordia de Borja, pasa primero por lo inmisericorde que es nuestra actitud con los dem�s, y paradojalmente representa una oportunidad para analizarnos cr�ticamente, repensando nuestros �rdenes y prioridades socio afectivas y socio pol�ticas, de resultas una improvisada �artista�, nos da la oportunidad para que desde la ruptura de un orden compositivo, podemos mirar un nuevo orden social y humano.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 27/08/2012


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