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UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA | 2013

Debaten sobre el impacto de asignaturas para el emprendimiento en la USM

Charla dictada por el experto finlandés Alan Carsrud, complementó alcances de iniciativa FONDECYT que exploró en la repercusión que tienen estas materias cuando los estudiantes universitarios deciden iniciar sus propias empresas.

Debaten sobre el impacto de asignaturas para el emprendimiento en la USM
Comunicado de prensa

Debaten sobre el impacto de asignaturas para el emprendimiento en la USM

Una actividad que tuvo como eje discutir opciones para mejorar la educación sobre el emprendimiento universitario y debatir sobre las complejidades que enfrentan los jóvenes que inician sus propias empresas, se realizó en dependencias de la Universidad Santa María.

Al evento, patrocinado por el Departamento de Industrias del Plantel, asistieron diversos académicos y emprendedores de la región de Valparaíso, así como también representantes de organismos públicos. Todo en el marco de la presentación de un proyecto FONDECYT a cargo del académico Carlos Albornoz, de la Universidad Del Desarrollo, quien invitado por Cristóbal Fernández, académico de la Universidad Santa María y Director del Reporte GEM sobre emprendimiento en la Región de Valparaíso, dio a conocer los alcances de su investigación. Esta tiene como objetivo central explorar y describir el impacto que tienen en los estudiantes universitarios que quieren iniciar emprendimientos aquellas asignaturas asociadas al tema.

En la ocasión también expuso el profesor Alan Carsrud, Ph.D en Sicología Social, doctor emérito en Economía y profesor y docente de la Äbo Akademi University, de Finlandia, quien desarrolló el tema “Entendiendo la mente emprendedora: Los potenciales emprendedores están en todas partes".

El profesor Carsrud, con más de 260 publicaciones a su haber en la materia, dio inicio a una presentación en la cual profundizó en las tradicionales definiciones del emprendimiento, pasando al enfoque de maximización de oportunidades. “El tema no es cómo hacer las cosas bien, sino que ocuparse bien en qué hacer. Hacer las preguntas que nadie más se ha hecho. Cómo ver una imagen en la mente que nadie más ha visto. Todos dicen que quieren ser emprendedores, pero cómo hacer de esa intención una serie de acciones, contemplando la posibilidad del fracaso. He comenzado alrededor de 30 empresas, y creo que de ellas solamente unas 12 están aún en pie. No hay que ser dueño de los recursos para controlarlos, es un asunto de actitud, una forma de vida”, comentó a los presentes.

Además en el proceso de definición de un emprendedor, Carsrud sostuvo que el problema es como “perseguir una oportunidad, acercarse a gente que nunca antes nos habíamos acercado y reunirlas en un proceso de creatividad intuitiva. Todo esto en el contexto social. Lo que funciona en Finlandia, puede que no funcione como emprendimiento en Chile. La gente cuenta con un contexto social y este punto es crucial para la salud y estabilidad de un emprendimiento. Emprender es un arduo trabajo, no competitivo sino colaborativo. Si solamente queremos trabajar 40 horas a la semana, trabajemos para alguien más. Si somos capaces de trabajar 80 horas a la semana, podemos ser emprendedores”, agregó.

Por otra parte, Carsrud indicó que desde la perspectiva sicológica, no hay mucha diferencia entre la personalidad de emprendedores exitosos y profesionales exitosos, ya que hay diversas características en común. Asimismo, subrayó la importancia de generar sinergias interdisciplinarias para que las facultades que integran una universidad puedan ser capaces de congregarse, logrando así que potenciales emprendedores puedan conocerse y generar diálogo.

“Se trata de perseverar y seguir tratando. La personalidad de un emprendedor exitoso es la misma que la de un médico, piloto comercial, abogado u otro tipo de persona. Se necesita contar con una personalidad orientada al logro, creer en uno mismo y tener un soporte social para lo mismo. Esta es una carrera válida y valiosa, tan importante como cualquier otra, por lo tanto debemos contar con ese soporte. Se debe tener la intención de empezar algo, reconocer la oportunidad. Por ejemplo, Google comenzó en Stanford, tiene la patente, es el segundo mayor accionista de una empresa de un billón de dólares, porque financió y creyó en el proyecto”, manifestó.

Asimismo, el experto aseguró que “los planes de negocios son importantes pero solamente porque son el proceso en el cual pasamos recopilando la información y conociendo más a fondo de lo que trata nuestro emprendimiento y su contexto asociado. Tenemos que tener la voluntad para aceptar el desafío, la frustración y la posible derrota. El emprendimiento es para todos los estudiantes, pero debemos hacer nexos entre todas las disciplinas, intersectándose los académicos y estudiantes de las diversas facultades para generar oportunidades. Se necesitan para ello, más asignaturas interdisciplinarias, conducir los temas de créditos académicos y generar las instancias para ello”, complementó.

La investigación en asignaturas sobre emprendimiento

Por otro lado, Carlos Albornoz, gestor del proyecto de investigación que dio paso al panel realizado en dependencias del Departamento de Industrias, aseveró que “en general es necesario contar con un trabajo cooperativo, trabajo en equipo. Hay que juntar patrones y entender lo que viene, anticipando tendencias, preparando planes de cierta forma y acciones. En mi proyecto FONDECYT estamos investigando para ver el efecto que tienen los cursos obligatorios de emprendimiento en los estudiantes en la región de Valparaíso. Vemos que existen al menos 5 tipos de objetivos de aprendizaje en emprendimiento. Primero el interés por el emprendimiento, luego buscar una idea, construir un plan, implementar el plan y finalmente desarrollar el negocio. Me estoy enfocando en el objetivo de creación de negocios y la implicancia de las asignaturas obligatorias en conseguir ese objetivo”.

En ese sentido, la discusión por parte del investigador sería indagar en si es necesario generar un soporte formal en lo académico para potenciar el emprendimiento, generar instancias anexas, o bien implementar un modelo mixto que comprenda ambas nociones.

No obstante, una de las premisas que ha encontrado en su estudio que incluye a más de 5.000 estudiantes universitarios y 200 profesores en emprendimiento, es que “usualmente la autoeficacia baja después de los cursos obligatorios. A inicios del curso, alumnos de primer año se creen súper campeones en el emprendimiento, pero posteriormente cuando el profesor le muestra los riesgos al fracaso, este ánimo baja. Cuando uno mira la intención, usualmente esta baja luego de que el alumno cursa una asignatura obligatoria sobre el tema”, concluyó.


Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 24/05/2013


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