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UTFSM | 2013

Simce en inglés: Indicadores y realidades

Columna de Virginia Avilés M., Coordinadora del Área de Inglés del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Simce en inglés: Indicadores y realidades
Comunicado de prensa

Simce en inglés: Indicadores y realidades

Las cifras que arrojó la más reciente medición del SIMCE de inglés son indudablemente preocupantes, pese a las claras intenciones de mejorar los estándares a nivel gubernamental. Desde la gestión del exministro Sergio Bitar hasta la actual, se han desarrollado diagnósticos, impulsado campañas e invertido recursos, a través de programas como “Inglés Abre-Puertas”, estadías en el extranjero de profesores y alumnos, y evaluaciones como el mismo SIMCE, entre otras. Todo esto, con el fin de enfatizar la importancia de adquirir habilidades en el idioma.

A la luz de los resultados globales, pareciera ser que no se avanza tan rápido como se quisiera en tal objetivo. No obstante, es necesario tener en cuenta que debe transcurrir al menos una década para ver resultados y cambios significativos en el área de la educación. Por ende, los datos que arroja una medición como SIMCE no variarán sustantivamente de un año a otro. Lo que resulta entonces interesante es la tendencia que se percibe en las cifras que, al parecer, irían levemente en ascenso.

Sin embargo, una cosa es considerar las intenciones a nivel de Ministerio de Educación y las políticas que se implementan, y otra es lo que ocurre en la realidad de la sala de clases con respecto al proceso de enseñanza-aprendizaje de la lengua. Hay muchos factores que intervienen en esos procesos, siendo el sociocultural uno muy importante, tanto a nivel de los educandos como de los educadores.

En nuestra cultura no existe una necesidad cotidiana de comunicarnos en inglés, ya que no tenemos mucho contacto con hablantes de la lengua: nuestros países vecinos son hispanoparlantes, por lo que la práctica del idioma se limita a algunos contextos laborales o académicos. Esto no ayuda a que los estudiantes desarrollen un interés genuino por aprender el inglés y, por ende, los profesores deben desarrollar una labor motivadora que en muchos casos no es exitosa, principalmente en la escuela primaria o secundaria. Mejor resulta esto en la universidad, donde los jóvenes se percatan de que un profesional tiene mayores posibilidades laborales si se comunica efectivamente en inglés.

Por otro lado, muchos estudios han demostrado que el mayor contacto con la lengua, en horas de clase, promueve mayor aprendizaje, siempre que se aplique una didáctica adecuada y motivadora desde la educación pre-escolar a la enseñanza media. Y no son necesarios tantos recursos para desarrollar actividades de este tipo. Los textos de estudio de inglés, que se entregan gratuitamente, deberían ser una real herramienta para el profesor en pos de este objetivo. Pero al parecer no es así en la mayoría de los colegios y liceos.

En cuanto a la calidad docente, otro de los factores que han surgido como causantes de estos resultados, es difícil emitir un juicio de valor al respecto, ya que existen instituciones de educación superior tanto con buenos como malos estándares de enseñanza. En este sentido, los resultados de los procesos de acreditación proveen indicadores de calidad que, aunque a veces con ciertos reparos, dan cuenta de qué tan bien desarrollan tal formación. Asimismo, es importante que al momento de contratar, el MINEDUC, las corporaciones y los colegios cuenten con un proceso de selección de los profesores que escoja a aquellos mejor preparados, tomando en cuenta no sólo su institución de procedencia, sino también el interés que el docente demuestre en perfeccionarse tanto en el dominio de la lengua como en sus habilidades didácticas.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 12/06/2013


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