Alumnos de Taller de Arquitectura de primer año manipularon tetrapack y experimentaron con la espacialidad, para en el corto plazo revestir con él los hogares de varios ancianos en el barrio porteño. Esto, en el marco de la iniciativa USM-La Matriz.
Una loable iniciativa es la que se está realizando conjuntamente entre la Universidad Santa María y la Iglesia La Matriz, trabajo conjunto que ya se vio reflejado en la pintura de varias fachadas en el tradicional barrio, inserto en el casco histórico de Valparaíso.
Aquella labor fue ejecutada, entre otros, por estudiantes de primer año de Arquitectura del Plantel, en forma voluntaria, y ahora suma una nueva fase a través del ramo Taller de Arquitectura, donde asumieron una desafiante tarea: manipular planchas construidas en base a tetrapack, producidas por la ONG Phoenix Brik.
Esto, con el objeto de experimentar con este material y en un futuro muy cercano, poder revestir el interior de algunas viviendas en mal estado que se ubican en ese vecindario, pertenecientes especialmente a personas de la tercera edad y de escasos recursos.
“La idea es que vayan conociendo la materialidad y después ellos podrán ver si sirve para forrado interior, para construcción de muebles, etc.”, explica Magglio Aranda, coordinador del proyecto USM-La Matriz.
Cerrando el ciclo
La profesora del Departamento de Arquitectura, Marion Koch agrega que “este es el primer proyecto que hacen los estudiantes que termina en la formulación de un espacio determinado y para eso usamos este nuevo material, para trabajar en forma de ensamblaje, porque no están usando ninguna clase de pegamento u otro material que sirva para este propósito; el mismo debería dar esta posibilidad de armar un espacio ensamblado”.
El trabajo ha durado unas tres semanas, en varias etapas. La también profesora
Francisca Rodríguez opina que “es súper interesante poder trabajar con materiales nuevos, cuando los estudiantes están entendiendo el ciclo de las cosas, porque no se están quedando sólo con algo que se bota, sino con algo que después se va a recuperar. Aparte de eso, las construcciones espaciales logran cumplir su cometido de una forma distinta, es algo que nunca habíamos experimentado y siempre es bueno poder experimentar cosas nuevas”.
Es algo que subraya Magglio Aranda. “Estas cajas se recolectan desde los colegios, pasan a un proceso de producción de la ONG, que entrega una plancha para que los alumnos de la USM puedan usarla y los residuos de ese trabajo vuelven nuevamente a la planta de reciclaje de Phoenix Brik a través de la Universidad, completando el círculo”, explica.
Para los estudiantes, ha sido toda una experiencia. “Me ayudó bastante trabajar con este material, porque es súper complejo de manipular”, reconoció Sebastián Muñoz. “Creo que es uno de los trabajos más difíciles que
me ha tocado. Es un material muy difícil de cortar y es un desafío en ese sentido, sirve bastante”.
Percepción que comparte su compañera Camila Carvajal. “Fue un reto, en realidad”, sostiene. “El material se presta para hacer infinidad de cosas, pero es súper complicado. Pienso eso sí que podría ser manipulado con más maquinaria o materiales. Pero rescato todo, sobre todo esto del reciclaje y reutilización”.
Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 16/05/2012
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