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USM | 2015

Lecciones y desafíos en materia de construcción a cinco años de ocurrido el terremoto en Chile

La profesora USM Viña del Mar, Carmen Muñoz Effa, realiza un diagnóstico a propósito del terremoto y tsunami del 27 de febrero del año 2010, evento que produjera un devastador efecto en un conjunto de ciudades entre la zona centro y sur del país.

Lecciones y desafíos en materia de construcción a cinco años de ocurrido el terremoto en Chile
Comunicado de prensa

Lecciones y desafíos en materia de construcción a cinco años de ocurrido el terremoto en Chile

Sin lugar a dudas, el 27 de febrero de 2010 será una de esas fechas que quedará grabada en la memoria de los chilenos. El megaterremoto y tsunami que sacudió las costas de nuestro país, trajo consigo efectos devastadores y consecuencias en diversos ámbitos.

Inmediatamente tras ocurrido el sismo, la imagen que recorrió Chile y el mundo fue la de ciudades completas destruidas, reflejando la magnitud de la catástrofe. Asimismo, el desmoronamiento de algunos de edificios –muchos de los cuales contaban con un alto valor comercial– puso en entredicho al sector inmobiliario.

Estando a pocas semanas de que se cumpla un aniversario más de este hecho, la Constructora Civil de la Universidad Santa María, Magíster en Dirección y Administración de Proyectos Inmobiliarios de la Universidad de Chile y profesora del Departamento de Construcción y Prevención de Riesgos de la USM Viña del Mar, Carmen Muñoz Effa, entrega un análisis sobre las lecciones y los desafíos que dejara esta catástrofe natural.

Desde el punto de vista de la calidad de las construcciones, la profesora considera que “la construcción en Chile demostró un comportamiento adecuado, se perfeccionaron las normas y procedimientos de revisión y se sentaron precedentes respecto a las responsabilidades civiles de los profesionales, por lo que un nuevo evento de estas características debería mantener el mismo comportamiento de las estructuras”.

No obstante, en relación a los aprendizajes que pudieron obtenerse a partir de esta experiencia, cree que “las lecciones principales son que se deben fortalecer los mecanismos de fiscalización y revisión de los proyectos. No solo en la etapa de diseño sino también en las etapas de construcción”.

En ese sentido, para la profesora de la USM Viña del Mar, “a las empresas constructoras les compete la responsabilidad de trabajar bajo la legislación vigente, con los profesionales idóneos. En síntesis, las constructoras deben tener el norte en trabajar eficientemente sin sacrificar la calidad de los proyectos”.

En cuanto a la fiscalización, “esta debe ir por el lado del cumplimiento de la normativa. Este rol lo cumplen hoy las direcciones de obras municipales, y quizá la solución pasa por fortalecer estas instancias donde en general el foco es más de urbanismo y arquitectura que de estructuras”, puntualiza.

En ese sentido, también explica que son varias normativas las que regulan este tema, entre ellas “el código ACI318, que es el documento guía para el diseño de las estructuras de hormigón armado; sin embargo, hay normas de hormigón, acero, comercialización de hormigón, entre otras, que debieran dirigir el proceso en su conjunto, desde el diseño hasta la construcción y garantías de postventa”, explica.

Resguardar la vida humana

Pese a los daños estructurales que algunos edificios pudieron sufrir a causa del terremoto, la profesora Carmen Muñoz Effa cree que lo principal es el resguardo de la vida humana. Es por esto que –agrega– “se perfeccionaron algunas normas y por ejemplo, el Ministerio de Vivienda y Urbanismo materializó una normativa para construcciones tsunami-resistentes y se perfeccionó la norma de clasificación de suelos, sin embargo no se debe dejar de considerar que la normativa contempla la obligación de no colapso de la estructura. En este sentido es imposible garantizar que las estructuras no sufrirán daños estructurales o superficiales ante estos eventos de la naturaleza, lo que se resguarda es la vida humana considerando la factibilidad de evacuación, por ejemplo”.

Pese a todo, la evaluación es positiva ya que “en general el grueso de las estructuras cumplió el objetivo de no colapsar ante las solicitaciones sísmicas y aquellos casos de colapso son los que estuvieron fuera de norma y por tanto, se realizaron análisis de las causas, que pueden ir desde factores de diseño, en análisis de mecánica de suelos o en procesos constructivos mal implementados así como en cambios de materiales o cuantía de enfierradura, por mencionar algunos”, sostiene.

Finalmente, la profesora del Departamento de Construcción y Prevención de Riesgos, reitera que “básicamente la norma está hecha para proteger la vida humana y en este sentido las estructuras no se diseñan resistentes a todo evento, expresa, sin embargo “el sismo de 2010 fue extremadamente grande y en general, hubo contados casos de colapso, además que se debe destacar el hecho de que expertos del todo el mundo vinieron a ver y estudiar nuestra ingeniería por los buenos resultados ante este evento”.


Fuente: USM / Comunicaciones - 09/01/2015


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