La ciudad universitaria: un espacio de comunicación permanente
Alumnos de Ingeniería en Diseño de Productos de la Universidad Santa María trabajan en propuestas de mejoramiento en aspectos de señalética y orientación para Valparaíso.
Alumnos de Ingeniería en Diseño de Productos de la Universidad Santa María trabajan en propuestas de mejoramiento en aspectos de señalética y orientación para Valparaíso.
Algún producto o servicio que aporte positivamente a la forma de comunicarse en la experiencia universitaria es lo que deben generar este semestre los alumnos del Taller de Productos III de la carrera de Ingeniería en Diseño de Productos de la Universidad Técnica Federico Santa María.
Por lo mismo, salieron a las calles y recorrieron el Paseo Atkinson de Valparaíso, con el fin de analizar en la práctica las formas de comunicar que tiene la ciudad y cómo ésta interactúa con el estudiante, a través de las diversas ofertas del mercado.
Valparaíso y Viña del Mar albergan a gran parte de los universitarios, quienes no sólo desarrollan la vida a través del estudio sino también por medio de una vida
social y cultural, que se genera aparte de lo académico. El soporte de estas interacciones sería la ciudad entera como “espacio universitario de aprendizaje, donde se descubren contrastes y problemas y se buscan, a través del conocimiento que se adquiere en la carrera, las soluciones”, explica Rodolfo Vega, experto en diseño y tecnología educativa y consultor visitante en la USM de la Carnegie Mellon University de Pittsburgh, Estados Unidos.
El académico, dictó una charla a los alumnos del Taller III. Les explicó en qué consiste un espacio universitario adecuado para la formación y educación integral de las personas y cuáles son los desafíos que tienen las universidades para ir modificando paradigmas de enseñanza lineales y, de este modo, ir alterando los modos estamentales en que se construyen las sociedades.
“En términos arquitectónicos, Valparaíso responde a una concepción antigua de ciudad universitaria que se refleja, por ejemplo, en los lugares de la ciudad que son para cierta clase de
personas y con ello el cuidado que se le da a algunos y a otros no”, explica el académico. De cualquier modo, la ciudad universitaria debe albergar todo lo necesario para satisfacer las demandas del estudiante, incluyendo los servicios y productos específicos que éste requiere, no sólo para estudiar, sino que también para recrearse.
Por lo mismo, la idea de la travesía era buscar los lugares que utilizaran los jóvenes y analizar su interacción con ellos, viendo qué comunican y el modo en que lo hacen: “si la oferta de alojamiento, por ejemplo, se ponía en la pared, en postes pintados o dibujados, buscando una manera estratégica de atraer a la mayor cantidad de gente joven posible”, añade Camila Araya, alumna del curso.
Sin embargo, no fue tan fácil orientarse suponiendo estar en los pies de alguien que recién viene llegando a la ciudad a estudiar: “Valparaíso ya tiene forma de laberinto y es complejo encontrar ciertos lugares, entonces aún con un mapa es fácil perderse”, explica Iván Espinoza,
alumno del taller.
La gran deficiencia que pudieron constatar en Valparaíso como ciudad universitaria es que a pesar de haber bastante señalética, hay mucha información que no comunica a su mercado lo que quiere vender y que, además, no cuenta con una estética que sí debiera estar presente en las formas de comunicar de una ciudad Patrimonio de la Humanidad.
En este contexto, la sociabilización y las tecnologías jugarían un rol primordial a la hora de optimizar la comunicación entre el lugar y el visitante, por lo que podrían ser aprovechadas para que las personas vivencien de una forma mucho más potente la experiencia universitaria. “Por ejemplo, si llegas a una ciudad nueva en vez de que te toque leer un folleto chiquitito que diga “arriendo casa”, te podría llegar un boletín como mensaje de texto que te diga lo mismo”, opina Eduardo Contreras, también estudiante del ramo.
Por otro lado, la estética a la hora de diseñar servicios de información también sería algo primordial que para
mayor efectividad debe adaptarse a la geografía del lugar. Al ser Valparaíso un “lienzo abierto a la ciudad, donde se puede comunicar en cualquier parte, para una persona nueva es demasiada información a la vez”, reflexiona Contreras, sin embargo,“en la medida que te vas, vinculando, impregnando y sociabilizando con las personas que te rodean vas rescatando ciertas informaciones que te sirven más que otras”, considera el alumno.
Luego del paseo se realizó una lluvia de ideas durante una ayudantía con el fin de “enfocar de mejor manera lo que íbamos a visualizar, tomando un punto de vista más analítico, para así poder ver bien cuáles son las carencias de la ciudad como espacio universitario y encaminarnos en el producto o servicio con que vamos a contribuir”, puntualiza.
“La ciudad en “tiempo real”, la ciudad que se convierte y adapta, la ciudad sensible, son todos planos que subyacen al proyecto, y sobre los cuáles se deberá comenzar articulando una masa crítica de conocimiento, que permita
avanzar hacia soluciones de producto/servicios asociadas a necesidades que cada equipo defina”, se expone en el programa del Taller III, impartido por el profesor Leonardo Madariaga.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 16/05/2011
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