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UNIVERSIDAD FEDERICO SANTA MARíA | 2009

“La ciencia no ha llegado a predecir con certeza un terremoto”

Carlos Aguirre, académico del Departamento de Obras Civiles de la USM, asegura que la posibilidad de anticipar un sismo en zonas de subducción es improbable, y que quienes dicen hacerlo, como es el caso del sismólogo italiano que anunció semanas antes la tragedia ocurrida en L\'Aquila, puede ser fruto de una simple coincidencia.

“La ciencia no ha llegado a predecir con certeza un terremoto”
Comunicado de prensa

“La ciencia no ha llegado a predecir con certeza un terremoto”

Sin duda, poder predecir un terremoto es uno de los grandes desafíos que mantiene la sismología mundial. Y aunque hay quienes basados en una u otra señal, han logrado anticipar un evento de estas características, lo cierto es que las posibilidades de éxito son casi nulas.

Así, por estos días la noticia ha venido desde Italia, donde un violento sismo de 6,3 grados en la escala de Richter devastó la zona de L’Aquila, dejando 179 muertos y una treintena de desparecidos, saldo que para muchos podría

haberse aminorado si se hubiesen tomado en cuenta las advertencias de Gioacchino Giuliani, sismólogo italiano que hace algunas semanas anticipó el desastre, basando sus pronósticos en las concentraciones de gas radón.

Para el académico del Departamento de Obras Civiles de la Universidad Técnica Federico Santa María, Carlos Aguirre, esto pudo haber sido una mera coincidencia: “Hay gente que asocia los sismos a la liberación de gas radón en determinadas circunstancias de concentración de tensiones en las rocas, sin embargo, estos también se liberan por otras razones, que no necesariamente anuncian que viene un terremoto”, explica.

Y los intentos por predecir los terremotos no han sido pocos, de hecho, en China, basados en el comportamiento de los animales, se ha logrado algún nivel de éxito, pero según comenta Aguirre “es un tema que está aún por estudiarse. Está claro que el terremoto obedece a un fenómeno de causa-efecto, de manera que si alguien pudiera llegar a lo primero, puedo percibir lo

último, el problema es que la causa está a gran profundidad”.

Precisamente por eso es que en estos casos “siempre se cae en el terreno de las probabilidades y uno puede decir con alguna certeza, en términos generales, cuando puede ocurrir un terremoto basado en los períodos de recurrencia de los grandes sismos. De ahí a establecer con precisión el día y la hora, aún falta para eso. No obstante, puede que uno tenga suerte y acierte”, dice el académico.

Concretamente sobre el argumento del sismólogo italiano, el ingeniero explica que “cuando se produce concentración de esfuerzos en la roca, se produce gas radón, pero también puede producirse por muchas razones. De hecho, esta es la primera vez que escucho que alguien predice con tal exactitud un terremoto en base al radón. En todo caso, de ser así sería una muy buena noticia, pero en mi opinión es difícil de creer”.

Sería interesante conocer más acerca del procedimiento, cuánto tiempo tiene la persona prediciendo con éxito terremotos,

cómo obtiene la información y qué mide; si basta la sola presencia del radón o también interesa la cantidad, porque ciertamente bien pudo haber sido una coincidencia”, plantea.

En el caso concreto de Chile, Aguirre aclara: “es muy difícil predecir un sismo en base a dicha teoría, pues la tectónica de placas en zonas de subducción, como es el caso de Chile, donde la placa de Nazca se sumerge bajo la placa Continental, resulta que el foco del terremoto puede estar a cientos de kilómetros de profundidad, y en esas condiciones resulta dudoso pensar que el gas radón pueda ser detectado en la superficie”.


Fuente: UNIVERSIDAD FEDERICO SANTA MARíA / Dirección General de Comunicaciones - 08/04/2009


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