recetas
UTFSM | 2012

Imagine

Columna de Juan G. Ayala, profesor del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Técnica Federico Santa María

Imagine
Comunicado de prensa

Imagine

La ceremonia de clausura de Londres 2012 debe ser leída desde lo simbólico y lo axiológico. ¿Qué queda después que el fuego se extingue?. Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional, llama a los jóvenes “a reunirse dentro de cuatro años para celebrar los XXXI Juegos”, esa solemne invitación no es solo repetir un protocolo, es estar en la convicción del legado de Pierre de Coubertin. La llamada que hace a los jóvenes viene a ser una necesidad de sobrevivencia universal, en forma de símbolo y valor humano.

El cierre olímpico es un umbral posible, que se señala mediante símbolos concretos, que aluden desde un objeto visto a algo mayor y proyectivo, se visibiliza para visualizar. En ese ejercicio cognitivo inferimos un otro, desde lo que nuestros ojos ven, para que se construya

una imagen de algo que no vemos físicamente. Amén del fuego, los símbolos estuvieron presentes mediante las banderas y los himnos, enjugando las lágrimas de los vencedores. Eso lo sabe quien participa de ceremonias con himnos y banderas varias, uno se pregunta , ¿y cuándo tocan el mio?, ¿no está mi bandera?. Esa experiencia nos admite suponer lo que siente un atleta en competencia, ese retal de tela y esos acordes contienen el alma de una nación. Naciones que cada cuatro años se reúnen todas por una vez, en la pista de un estadio olímpico, representadas por sus semidioses.

Los discursos fueron el pivote áureo, su brevedad y elocución, impelieron la solemnidad propia del ritual de traspaso, donde el maestro ceremonial declara el término de los Juegos. En ese momento la palabra oralizada se torna mágica, invoca y sella a modo de promesa. Completaron el rito, el arrío de la bandera olímpica, el izamiento de las banderas de Grecia y Brasil, y principalmente el traspaso de la olímpica de manos

de Rogge al alcalde de Río de Janeiro. En ese preciso momento al tomar la bandera, Brasil se tornaba el anfitrión que en los Juegos del 2016 deberá cuidar, querer y proteger a sus huéspedes. Como en la Hélade por esos días no habrá guerras, habrá Juegos.

Y el diseño de la ceremonia admitía interludios, una puesta axiológica desde lo propio en estos tiempos de globalización. Londres expuso lo vernáculo mediante su arte visual, su música, su diseño, el teatro y la comedia, todo eso que es gratuito, solo es, no necesita justificarse porque lo sentimos y compartimos, como lo valórico, donde el momento más profundo fue la imagen evanescente de John Lennon a los sones de Imagine. Londres nos dijo cuando se enfriaba el pebetero, “imagina que no hay países/ imagina que no hay posesiones”.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 21/08/2012


Este sitio usa imágenes de Depositphotos