Experto USM analiza el nuevo proyecto que intenta salvar los ascensores de Valparaíso
Un nuevo intento por recuperar los míticos ascensores porteños representa el llamado a licitación realizado por la Subsecretaría de Desarrollo Regional, a través del Programa de Recuperación y Desarrollo Urbano de Valparaíso (PRDUV), para el desarrollo de un nuevo modelo de gestión que comprenda rentabilidad, costos de operación, evaluación económica y social.
El objetivo es generar un modelo de negocios eficiente y rentable para la administración de 15 ascensores, ya que el Estado estaría dispuesto a adquirir 10 de los que aún permanecen en manos de entes privados.
“Las condiciones del proyecto en licitación, que adjudica 43 millones de pesos,
un plazo de tres meses y que define un equipo de trabajo para las labores, a mi juicio, son insuficientes para hacer un trabajo de real calidad”. Así lo afirmó Humberto Miranda, experto del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Santa María, quien participó en el estudio realizado durante el 2009 que mostró el real estado de parte de los ascensores de Valparaíso, transparentando deficiencias en varios aspectos.
El monto es insuficiente, según explica, pues los costos excederían lo estimado. “El estudio necesita una serie de profesionales. En nuestra experiencia trabajamos siete ingenieros de distintas especialidades, ayudantes, y personal administrativo, el presupuesto asignado no alcanza a cubrir la evaluación de los ascensores no considerados en este estudio y para actualizar la información de los que ya fueron evaluados. Además, para la realización de las inspecciones se necesita implementación especial, equipos de seguridad y seguros para los inspectores, costos que a mi juicio
exceden por mucho la suma considerada para el proyecto”, señaló Miranda.
Sobre los profesionales que indica el texto de la licitación, Miranda también hace un alcance, señalando que “se requiere más que los considerados. Además, para el logro de los objetivos debieran formarse equipos de trabajo, por ejemplo, se requiere más de un ingeniero mecánico y uno eléctrico para realizar la evaluación de las instalaciones, determinar los trabajos de reparación necesarios y valorizarlos, definir planes de mantenimiento evaluados económicamente”.
Algo similar ocurre, en su opinión, con la especialidad de arquitectura donde se requiere un análisis de impacto urbano y otro patrimonial. Las bases no incluyen especialistas en Obras Civiles que evalúen estructuralmente las instalaciones ni expertos prevencionistas de riesgos que apoyen las tareas de inspección que se deben realizar “las que, por experiencia, sabemos son de alto riesgo en algunos casos”, afirmó Humberto Miranda.
También tiene sus
reparos respecto del tiempo determinado para el estudio, ya que “es un trabajo que implica una inspección en terreno a todos los ascensores. En el estudio del que fui parte nos tomó de uno a dos días inspeccionar cada ascensor, y si consideramos que son 20 eso nos da más de un mes sólo en esta tarea”, indicó. Las bases de la licitación incluyen plazos para la entrega de una serie de productos en los primeros veinte días como información sobre el estado de los sistemas mecánicos, eléctricos y obras civiles, entre otros, “es imposible hacer este trabajo en ese plazo”, sentenció el experto de la USM.
Considerando que los últimos datos de tráfico que se manejan son del 2004 y que entre la última evaluación técnica (realizada en 2009) y el estudio en licitación pueden haber nuevos daños a considerar por causa del terremoto del año pasado, Huberto Miranda indicó que es mucha la información que hay que actualizar, asunto que no se condice con los plazos determinados. “Las bases tiene puntos positivos pero
mínimo este trabajo tomaría un año y por lo menos tres veces el presupuesto asignado”, finalizó.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 23/03/2011