Cómo enfrentar un invierno sin riesgos

Cómo enfrentar un invierno sin riesgos

Las bajas temperaturas que han azotado a la región en los últimos meses, no sólo traen consigo enfermedades respiratorias, ausentismo escolar y otra clase de problemas, sino que también aparecen una serie de peligros domésticos, dado el aumento en el uso masivo de calentadores y artefactos eléctricos en los hogares.

Según cifras entregadas por la Corporación Nacional del Niño Quemado (COANIQUEM), las quemaduras por estufas representan el 46% del total de objetos calientes que este año aumentaron en un 89%, en comparación al año anterior.

Este antecedente confirma que durante la época invernal, aumentan este tipo de lesiones en los niños y niñas, debido al mal uso de estufas, radiadores y

braseros. “Esto ocurre principalmente porque los padres adquieren estufas que no tienen sistema de protección adecuado (artefactos con certificación), siendo un real peligro para la integridad de los más pequeños de la casa“, según señaló la docente de la Sede Viña del Mar de la Universidad Técnica Federico Santa María, Leonor Cabello.

Una buena ventilación es la solución

Sin duda los braceros siguen siendo una forma muy popular de calefacción, debido principalmente a su bajo costo y fácil acceso, pero también, esta fuente calórica, tiene un grave problema; la emisión de gases como el monóxido de carbono.

La intoxicación por monóxido de carbono que emana de los braseros se transformó en una situación muy común en el mundo, considerando que se producen miles de accidentes como consecuencia de su inhalación. Sin ir más lejos, en nuestro país más de un centenar de personas han fallecido en los últimos 4 años producto de intoxicaciones con este gas, siendo el descuido y la poca precaución en su

utilización parte importante de este fenómeno.

La inhalación de éste es altamente peligrosa porque se trata de un gas que sólo se puede detectar por medio de sensores, ya que es incoloro, inodoro e insípido. Puede causar la muerte cuando se respira en niveles elevados sin que los afectados lo perciban.

Por ello, es importante tomar en cuenta las medidas preventivas que indican los expertos en estos casos, y no sólo por los peligros que conllevan las intoxicaciones, sino por los riesgos de quemaduras o incendios a los que se ven expuestas las personas por el mal uso de éstos.

Leonor Cabello, apuntó que “el monóxido de carbono no tiene olor ni color, por lo cual las personas no se dan cuenta de la presencia de estos gases. No es conveniente calefaccionar el hogar con braceros; sin embargo, muchas familias lo utilizan en sus hogares. En estos casos es conveniente encender el fuego en el exterior de la vivienda y, una vez que sólo queden las brasas, usarlo en el interior para calefaccionar y evitar

de ésta forma acumulaciones del gas en el recinto”.

Nada mejor que un buen guatero

Sin duda que la utilización de cualquier artefacto que permita calentar el dormitorio es perjudicial a la hora de conciliar el sueño, especialmente si se utiliza de manera prolongada. Es por esta razón, que existen distintas alternativas para conservar el calor. Están las famosas frazadas eléctricas, además del fiel y tradicional guatero de goma.

Este último quizás, es todo un símbolo en los hogares chilenos, pero también, es uno de los más peligrosos al momento de ocuparlo, ya que la imprudencia y su mala manipulación pueden hacer de ellos un arma mortal si no se toman los resguardos necesarios.

La docente, señala que “es ideal ponerlo entre las frazadas o envuelto y no directamente al cuerpo, ya que muchas veces la persona puede tener demasiado frío, y no percibir que se está quemando, dado que el frío posee un efecto “anestésico” sobre la piel”, aclaró.

Además, agregó que “existe gran variedad de

guateros entre los que se encuentran algunos certificados y otros que no cumplen con las medidas de seguridad mínimas; como por ejemplo, aquellos de plástico de vida útil, y resistencia mecánica limitada”, sentenció.

Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 26/08/2010