Durante su visita a la Universidad Santa María, el candidato planteó la necesidad de mayor participación del mundo privado para resolver problemáticas económicas, sociales y medioambientales.
Economista, líder de opinión y espiritual, además de presidente del Instituto Zambuling para la Trasformación Humana. Ése es el perfil de Alfredo Sfeir, candidato a la Presidencia de la República por el Partido Humanista Verde, quien visitó la Universidad Santa María para conversar con los estudiantes sobre el rol del sector privado en la sustentabilidad del desarrollo.
“No quiero llegar a una universidad con una lista interminable de propuestas sin explicaciones”, fue su primera intervención, a la vez que invitó a los estudiantes a participar como cogestores del desarrollo del país, lo que, según dice, no necesariamente implica que todos deban estar de acuerdo en todos los temas.
El aspirante a La Moneda cree y propone una sociedad pluralista, democrática, con cabida para diferencias en los puntos de vista, pero que a la vez garantice los mecanismos institucionales para poder expresarlas, y que éstas no sean fuente divisiones profundas o criminalización.
En cuanto al rol que el sector privado juega en el desarrollo del país, afirmó que existe una confusión, al creer que los temas públicos y medioambientales no tienen que ver con los privados y que estos últimos no tienen el deber de hacer algo al respecto. “Yo no estoy de acuerdo con ese paradigma, eso pertenece a la responsabilidad del sector privado”, afirmó.
Agregó que “para lograr una economía sustentable, un desarrollo sustentable empoderado, el sector privado juega un papel crucial. Esto no es sólo tema del gobierno, se necesita un sector privado que se alinee, que contribuya, y que entienda que la sustentabilidad no es sólo ecológica, sino también económica, social, cultural y étnica. En ese momento tendremos grandes chances de avanzar en el tema de la sustentabilidad”.
Sfeir cuestionó el modelo de desarrollo adoptado por Chile, a partir del descontento en la ciudadanía con lo político, económico y social, a pesar de tener índices de crecimiento económico más que aceptables. “Nos encanta pertenecer a este club de la OCDE. Son 38 países, y nosotros tenemos unos de los índices de crecimiento más altos, pero al mismo tiempo tenemos el peor índice de inequidad y el penúltimo de felicidad”.
“Yo soy de aquellos que piensan que nuestros conceptos de desarrollo están fuera de moda, son anacrónicos y no están ayudando a que el país se transforme” sentenció, agregando que, mientras el sector privado se mantenga outside, estamos mal como país. Desde su punto de vista, las políticas económicas chilenas funcionan bajo dos falacias: “crecer primero y limpiar después” y “crecer primero y hacer justicia social después”. Por lo mismo, planteó la necesidad de un gobierno de colaboración, con líneas claras y fuertes.
“Hay que buscar mecanismos, políticas, incentivos, que permitan realmente que se reconstruya este camino de crecimiento. Tiene que ser permanente: de reconversión energética, de reconversión tecnológica, de reconversión social frente a lo que se está produciendo. Esa es la conjunción entre el mundo público y el privado”, explicó.
Concluyó conversando sobre la necesidad de dar espacio y programar la reconversión del sector privado, ya que desde su punto de vista éste debe co-construir con el Estado una sociedad sustentable y empoderada. “Y si el sector privado no se alinea, mientras más se concientiza la ciudadanía, mientras más se organiza la sociedad civil, más se va a judicializar el desarrollo y va a ser una pérdida para todos”, finalizó.
Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 05/08/2013
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