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UTFSM | 2011

Y fueron 100.000 � y por un tema val�rico

Columna de Juan G. Ayala, profesor del Departamento de Estudios Human�sticos de la Universidad T�cnica Federico Santa Mar�a.

Y fueron 100.000 … y por un tema valórico
Comunicado de prensa

Y fueron 100.000 � y por un tema val�rico

St�phane Hessel de 93 a�os, y �ltimo redactor vivo de la Declaraci�n Universal de los Derechos Humanos de 1948, edit� en 2010 su �ltimo libro titulado, �Ind�gnate�, en el que reflexiona respecto de la indiferencia, la que caracteriza a nuestra modernidad interconectada, y hace un llamado a la insurrecci�n pac�fica. A menos de un a�o citemos tres ejemplos. Las manifestaciones en Atenas, los pac�ficos acampantes en la Puerta del Sol, 100.000 personas marchando por Santiago; todo ello en un contexto de defraudaci�n de la fe p�blica, y distanciamiento de los gobernantes con la ciudadan�a. Sea en Grecia, Espa�a o Chile, lo com�n es la violencia impl�cita.

Cuando la palabra robo reemplaza a la retribuci�n justa, estamos frente a una violencia social. Cuando la palabra

desconfianza reemplaza a la fe p�blica, estamos frente a una violencia social. Cuando en nuestro pa�s la Ministra del Trabajo dice que se ha robado, ella misma se�ala la violencia del fraude de la mentada multitienda, y cuando la autoridad educacional minimiza la protesta estudiantil, atiza el fuego de la impotencia de estudiantes, padres y apoderados.

Desconfianza y violencia interna es lo que siente la ciudadan�a, cuando se aprueban proyectos como HidroAys�n. �A qui�n creer en la tramitaci�n de un proyecto de primera importancia para el desarrollo nacional, si nunca se transparent� una pol�tica de Estado?. �Deben los ciudadanos creer a quienes hoy rasgan vestiduras?, leg�timamente ellos ven un lavado de imagen. Lo que cien mil almas pidieron es una pol�tica de Estado, que los ampare y proteja del lucro malsano de �ejecutivos y gerentes no emprendedores�, de sostenedores de Inmobiliarias llamadas �Universidades�, y lo hicieron pac�ficamente. Notable actitud que justamente debe servir para condenar a

aquellos grupos de v�ndalos que destruyen tiendas y vidrieras, ellos son tan v�ndalos como los ejecutivos de multitienda que metieron la mano en el bolsillo de la gente.

El llamado de la calle es a no desconocer la historia, la Quinta Rep�blica de De Gaulle titube�, su respuesta oscil� entre la conciliaci�n y la represi�n, a la larga el emblem�tico l�der galo dimiti�. Hay momentos donde no cabe sino actuar y hacerlo con decisi�n, pero con transparencia. La virtud yace en sintetizar y acoger claramente el discurso de la �multitud sin rostro�, adelant�ndose al caudillo que siempre otea esperando el momento preciso, vista de verde oliva o se atav�e con un Armani.

Y estos s� que son temas val�ricos, los que no se agotan en una moral genital como pertinazmente lo plantean sectores conservadores, quiz�s porque los negocios no tiene rostro ni sexo, el defraude y la estafa, tampoco, sea de multitienda, de universidades o de centrales de energ�a. La gente est� indignada por eso aparece la resistencia.

Pero hay algo peor, cuando �sta se agota vuelve la indiferencia, que es la otra cara del destino tr�gico de una Naci�n. Esa es otra raz�n para que la autoridad act�e, y no utilice la estrategia del desgaste y la demeritaci�n. Caudillismo y populismo, e indiferencia y abulia, son las cuatro caras en las que se asienta la base de la pir�mide, cuya c�spide se llama violencia. Sin saberlo los cien mil marchantes activaron lo que Hessel denomina la insurrecci�n pac�fica, que tiene un l�mite, ya lo se�alara Jean Paul Sartre en 1947. Escuchemos la historia.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 21/06/2011


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