Martín Rioja es ingeniero en Diseño de Productos de la USM y fue el encargado de la estructura de “Llegó el Lechero”, el ingenioso modelo que se quedó con el primer lugar.
Más de 50 mil personas disfrutaron el domingo de Red Bull Soap Box Race, la masiva carrera de carros que se efectuó en la comuna capitalina de La Reina y que reunió en un mismo lugar a ingeniosos participantes, quienes compitieron con diseños de todo tipo.
Y como en toda contienda siempre hay un triunfador, en este caso fue “Llegó el Lechero”, un simpático carro con forma de vaca, el que se llevó el primer lugar, consistente en un viaje a Lima, Perú, para presenciar la llegada de los competidores del Rally Dakar 2012 a dicha ciudad.
Lo destacable es que encargado de darle vida a la idea estuvo un sansano: Martín Rioja se tituló este año como ingeniero en Diseño de Productos de
la USM y se entusiasmó con la idea de participar en el concurso junto a sus amigos Josefina y Juan Pablo Maturana, y Pilar Ahrens.
El vencedor entre cerca de 70 carros participantes comenta que “la competencia estuvo muy entretenida para todos y lo que más rescato es que no hubo una competitividad en el sentido negativo de la palabra. Todo era buena onda, la gente se felicitaba entre sí, entonces fue muy divertido”.
Sobre la elección del modelo, que él mismo piloteó junto a Pilar Ahrens, explica que se quedaron con él “porque buscamos integrar el carro con las personas que iban adentro. El requisito era la variedad, la creatividad, y para decidirlo hicimos una votación con los amigos: este fue el que sacó más votos y en el camino quedaron otros que después también vimos en la carrera, como una parrilla y el Arca de Noé”.
Lo más complicado en su opinión fue cumplir con los plazos tras la preselección, pero para él hubo poco estrés. “Yo me encargué de ver el tema de la estructura y la
funcionalidad, porque los otros miembros del equipo no sabían mucho de eso, ellos se dedicaron a la parte estética”, cuenta.
¿En qué lo ayudó la formación sansana? “El resto de los carros eran bastante profesionales y el nuestro era artesanal en comparación a ellos, entonces creo que la clave para ganar fue ser rigurosos con lo que nos pedían los organizadores, saber interpretar al pie de la letra el objetivo y llevarlo a la práctica lo más rápido y fielmente posible. Había que ser creativo también, eso es lógico, pero sin salirse de los márgenes que te pedían”, puntualiza el ex alumno de la USM que hoy se desempeña como Ingeniero de Producto en la empresa Electrolux.
Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 22/11/2011
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