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UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA | 2015

Mucho auto…

Columna de Pedro Serrano R., académico del Departamento de Arquitectura UTFSM.

Mucho auto…
Comunicado de prensa

Mucho auto…

Un tornado mata 14 personas en el norte de México y es noticia mundial. Un fin de semana largo como el del pasado 21 de mayo, en Chile, deja 27 muertos en accidentes de tránsito como promedio, y no es noticia para nadie salvo para los deudos, o heridos, que pueden llegar a cientos. Pero eso es menos noticia aun. ¿Qué nos está pasando?

Una hipótesis posible guarda relación con la estructura de mercado que define tan groseramente la economía social en Chile. Un mercado que, dominando la publicidad nacional, ha logrado una cultura de la individualidad más abyecta, sumada a la creencia y fe ciega en lograr la movilidad social aspiracional por medio del consumo.

Bajo dicha hipótesis, los chilenos aspiracionales tenemos como un objetivo alcanzar la felicidad consumiendo un automóvil; mientras más caro y más 4 x 4, mayor sería la movilidad social aparente que se adquiere.

¿La compra de un auto mejora tu cultura? ¿Y los muertos? Bueno, los muertos por accidentes de tránsito a la luz de esta hipótesis, parecen ser una consecuencia lógica, cotidiana e inevitable, y no merecen una reflexión que opaque nuestra felicidad de mercado. Este se va a encargar de que no lo pienses mucho. Los más felices, eso sí, son los que importan y venden autos, gasolina, seguros, cobran tags y peajes, las funerarias de carretera y las desabolladoras.

Hipótesis aparte, el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones, anunció –¿feliz?–, que los automóviles en Chile habían llegado a los 4,5 millones, poco menos que uno cada tres chilenos vivos. Tomando una media de 5 metros de largo por vehículo estacionado, esto significaría 22,5 millones de metros, o sea 22.500 kilómetros lineales de autos estacionados.

Vale decir, tenemos ya autos para colocar en fila y recorrer cinco veces con autos estacionados los 4.329 kilómetros lineales del país más largo del mundo, Chile. La fórmula del desastre es simple: felices comprando autos, educación en caída y caminos insuficientes.

Estadísticamente esto mejora crecientemente las probabilidades de accidentes mortales. Si a esto se le agrega la sensación de poder, mezclada con la felicidad antes mencionada y algunos procesos culturales mal transferidos al individuo, la probabilidad de morir se incrementa aún más.

Tengo por allí algunos cuentos de ciencia ficción de los años 70 del siglo pasado, donde se especulaba sobre una sociedad híper movilizada y con falta de incentivos para vivir, donde la máxima entretención del fin de semana era tomar la carretera a la playa del túnel de la muerte, túnel que cada cierto tiempo se cerraba y exterminaba a los que tenían la mala suerte de estar adentro en ese momento. Control de población, emoción y adrenalina al mismo tiempo. Todos salían en su auto esos días por la emoción de que pasase algo.

50 años después, se ha logrado establecer un jueguito semejante, y en Chile ya no es ficción. Salga usted con su familia a caminar cerca de la ruta o manejar un fin de semana largo, y tendrá acceso liberado a una de las 27 muertes que ofrece el mercado en ese corto período de tiempo, más la anhelada adrenalina final por el hecho de haberse salvado. Juegue usted con los auspicios de…


Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 01/06/2015


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