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UTFSM | 2013

La luz del Kursaal

Por Juan G. Ayala, profesor del Profesor Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Técnica Federico Santa María

La luz del Kursaal
Comunicado de prensa

La luz del Kursaal

En 2003 de regreso de París hube de quedarme dos días en San Sebastián del País Vasco. Mis pasos me condujeron desde el Museo Chillida al Kursaal, era una fría noche cantábrica, pero la luz de ese palacio de la cultura me hizo entrar en un ambiente mágico y real, a la vez que, contradictorio y cierto. En uno de los salones exponía Mario Vargas Llosa, participaba en la presentación del libro “¡Basta ya! Contra el nacionalismo obligatorio”, junto al filósofo Fernando Savater. El vate se refirió a la ingente necesidad de conciliar las necesidades de mayorías y minorías, a la luz del nacionalismo postuló el irrestricto respeto a la vida. Dijera que las condiciones en las que el debate político (debía darse) debe garantizar la libertad de opción de los ciudadanos. Argumentó que aunque la presión del terrorismo la ejerza una minoría, “crea un clima de coacción que reduce, si no anula, el carácter democrático…”, todo ello en momentos que los vascos, vivían el dilema entre un nacionalismo separatista y el clima de terror creado por ETA.

Ese terror es una creación de la modernidad, aparecería con el magnicidio contra el archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, por parte de la Mano Negra. Este hito define la entrada en la historia del execrable instrumento de terror social, con impacto urbano y amplificado por los medios, que no resiste ningún análisis atenuante, desde ninguna postura axiológica. Ni los valores superiores del Estado, ni la revelación pública del abuso del dictador, ni la intención de acercar posiciones mediante el debilitamiento, nada lo hace admisible. El niño asesinado por la bomba homicida depositada en la meta de la maratón de Boston, es el triste símbolo del desquicio, la insanía y la pudredumbre del alma del homicida.

Hasta el momento de escribir estas reflexiones no se conocen autor ni motivaciones para tan alevoso crimen, quizás se pueda elucubrar un hecho aislado e individual, cual es lo que ha ocurrido tradicionalmente en EE.UU., donde la forma sistemática y organizada grupalmente no es la norma. Las matanzas de niños ocurridas anteriormente, en escuelas a manos de jóvenes, reflejan esa condición de terrorismo individual, no obstante si los orígenes y causas deben ser dilucidados, por ahora podemos concentrarnos en la dolorosa consecuencia, y allí volvemos a la luz del Kursaal. El soporte valórico que provee el descubrimiento de la cultura, torna la magia en realidad, y la contradicción en certeza, ciudadanos letrados y reflexivos son el único antídoto contra los terroristas. El arte es lo contrario a la muerte, siguiendo a Quevedo, posiblemente las cenizas de ese muchacho norteamericano, “serán ceniza, pero tendrán algún sentido”. Así sea.


Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 17/04/2013


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