Experto USM analiza implicancias de la reciente falla eléctrica en el Norte del país

Experto USM analiza implicancias de la reciente falla eléctrica en el Norte del país

El miércoles pasado, una falla en la subestación Crucero del Sistema Interconectado del Norte Grande (SING) dejó sin suministro eléctrico a un 90% de la población de dicha zona del país. El desperfecto, ocurrido mientras se realizaban allí trabajos encargados por el Centro de Despacho Económico de Carga del Sistema –de acuerdo a lo informado por la Superintendencia de Electricidad y Combustibles (SEC)– provocó serios problemas en el desplazamiento de la población y el funcionamiento de las empresas mineras.

Un millón de habitantes sin energía y 2.000 MW de potencia perdidos, son los grandes números del incidente, que ya están siendo investigados. Al respecto, Esteban Pulido, académico del Departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Técnica Federico Santa María, señala que “una falla en la subestación Crucero es compleja. Tiene una repercusión inmediata, pero el punto es que debiera ser acotada. No debiera perderse el 90% del consumo del sistema como en esta ocasión, es lo que señala la Norma Técnica”.

Esto, porque según explica el experto, las instalaciones troncales debieran aplicar el llamado criterio N-1: si se desconectan por contingencia simple (cuando un elemento sufre una falla intempestiva), la falla no debería propagarse dentro del sistema, sin embargo, este criterio no aplica a las barras, donde estos posibles desperfectos deben abordarse con recursos generales y especiales de control de contingencias, es decir, medidas contra contingencias extremas. “Es muy difícil que no exista impacto, lo va a haber, pero debe circunscribirse a una zona determinada. Y el resto debiera seguir funcionando, algo que al parecer no ocurrió”.

A su juicio, sin conocer en detalle qué tipo de labores se estaban ejecutando en la subestación, las causas del problema puntual pudieron ser varias. “Si el trabajo fue en instalaciones energizadas, tal vez se produjo una falla a tierra; o bien se intervino la subestación y se generó alguna falla sin intención en los sistemas de control y protecciones, lo que pudo causar que una de las dos barras se desconectara”, afirma.

La acción de personal no calificado y medidas de resguardo, también asoman como posibles factores, que muchas veces responden a fallas humanas. Asimismo, enfatiza que cuando se hacen trabajos en las subestaciones, “se debe avisar al CDEC correspondiente. Lo más probable es que estuvieran en conocimiento, entonces el sistema se prepara de una forma especial, por el riesgo que se corre. Eso significa disponer algún tipo de generación especial, cambio de algún tipo de topología, todo para evitar la propagación de las fallas. Ahora, todo esto está sujeto al tipo de contingencia posible”, enfatiza.

No obstante, no es algo que se pueda solucionar sobre la marcha. En el caso de Crucero, “gran parte de los consumos podrían ser abastecidos si las líneas están operando con criterio N-1, esto es, una línea conectada en cada barra; así, una falla en una de las barras de la subestación debiera implicar un impacto bastante más acotado. Pero si no se planificó y definió así antes, es difícil exigirlo ahora para todas las instalaciones, pues no todas son troncales. Ahora bien, el estudio de transmisión troncal que está en marcha podría establecer nuevas líneas de este tipo y ampliaciones, lo que podría mejorar el comportamiento del sistema para éste y otros eventos”.

La esperada interconexión

El proyecto de unir el SING con el SIC (Sistema Interconectado Central), esperado por muchos, podría mejorar las cosas. “Si se planifica una interconexión con línea de corriente continua, se podría evitar de mejor forma una propagación de la falla; pero con corriente alterna, un impacto como éste sí podría afectar un sector importante del otro sistema, aunque esto está sujeto a los resultados de estudios y a las transferencias prefalla por ese corredor”. Eso, aun considerando las líneas de 500kV que estarían construidas y funcionales para el año 2018 o 2019 en las instalaciones del SIC en el Norte Chico, que le otorgarán una mayor robustez y estabilidad, además de prepararlo para la interconexión.

Asimismo, ésta aseguraría al SING una recuperación más rápida en caso de falla, pues en el Norte Grande varias centrales son a carbón, más lentas en ese sentido. No obstante, a esto hay que agregar que la recuperación de los consumos no tiene la misma velocidad que la reenergización de las barras. “Nada es absoluto y no se puede prever con certeza, porque múltiples factores están en juego; por ejemplo, no son sólo los tiempos de toma de carga de las centrales, sino también los tiempos de maniobra de las mismas mineras. Ellos también tienen sus procesos, entonces es también posible que alguna de las cargas no sea inmediatamente reconectada, debiendo rearmarse primero otros procesos internos. Pero creo que de todas formas la interconexión sería para mejor”, asevera.

Como sea, las inevitables fallas ponen sobre relieve los aspectos normativos en diseño, planificación, mantenimiento y operación, lo que da lugar a mejoramientos y correcciones, habiendo claramente un tema económico de por medio: a mayor seguridad y confiabilidad, mayor costo. “Tiene que haber un equilibrio y por eso lo primero es la planificación del sistema”, sostiene. “Y mientras las obras están en desarrollo, hay que funcionar con lo disponible. El operador y empresas entonces proponen las inversiones a corto plazo para poder sacarle partido y hacerlo más eficiente, confiable y seguro”, finaliza.

Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 04/07/2014