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UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA | 2013

Experta que rescató “Metrópolis” expuso en Simposio de Festival de Cine Recobrado en la USM

Paula Félix-Didier, directora del Museo de Cine Pablo Ducrós Hicken de Buenos Aires, fue parte del equipo que encontró en Argentina metraje extraviado del legendario filme de Fritz Lang. También dieron charlas en esta segunda jornada la colombiana Myriam Garzón y el uruguayo Luis Elbert.

Experta que rescató “Metrópolis” expuso en Simposio de Festival de Cine Recobrado en la USM
Comunicado de prensa

Experta que rescató “Metrópolis” expuso en Simposio de Festival de Cine Recobrado en la USM

Las labores de restauración del Museo de Cine Pablo Ducrós Hicken y las alternativas del hallazgo de un metraje extraviado del filme “Metrópolis” en Buenos Aires fueron parte de la exposición que realizó la experta argentina Paula Félix-Didier, directora de dicha entidad, durante la segunda jornada del Simposio Internacional “La imagen en movimiento y la revolución cibernética”, en el marco del 17° Festival de Cine Recobrado de Valparaíso.

En la actividad, llevada a cabo en dependencias de la Universidad Santa María, la profesional entregó algunos detalles del importante descubrimiento que la institución que dirige realizó en 2008, cuando revisaron exhaustivamente una copia que tenían del mítico filme que Fritz Lang estrenó en Alemania en 1927 y que se exhibirá este sábado a las 22.00 horas en el Teatro Condell, íntegro, clausurando el Festival. Fue allí que se dieron cuenta de que esa versión era la original, de casi tres horas de duración, con escenas que habían sido consideradas perdidas incluso en Europa. Esto, gracias a que un distribuidor argentino trajo la película directamente a su país, a Chile y Bolivia, un mes después de su estreno, dando pie a que el material quedara en Argentina, primero en manos de un coleccionista privado y luego en el Museo.

“Esto pasó porque nadie se había ocupado de qué versión era”, explicó la experta. “Paramount Pictures cortó la película después del estreno, porque no tuvieron el éxito esperado y hubo varias versiones. Pero lo que vieron acá en Sudamérica fue el original, lo que pasa es que nadie tenía idea de que había otras”, añadiendo que la copia estaba en 16 mm y traía múltiples fallas debido al tiempo y el uso, lo que dificultó la restauración.

El Museo de Cine Pablo Ducrós Hicken, nacido en 1971, es el único archivo público que preserva el material fílmico argentino. Guarda cerca de 80.000 latas de películas, incluyendo documentales y dos grandes colecciones de noticieros, con los cuales esperan ir generando recursos: ya en 2010 le cedieron imágenes a la exitosa cinta trasandina “El secreto de tus ojos”, que ganó un Oscar y acudió a ese archivo para mostrar notas de prensa de época dentro de la trama.

Frente a la importancia de la conservación, preservación y restauración del patrimonio cinematográfico, sobre todo en una época de predominio digital, expresó que “tenemos la suerte de que el material fílmico es muy estándar: no hay gran diferencia entre el de 1890 y el de hoy, las cintas tienen la misma forma, los agujeros están en el mismo lugar y se puede revisar manualmente. En cambio, el mundo magnético es opaco: no sabes qué hay en su interior y por eso hay una dependencia mucho mayor de los reproductores, que hay que mantener y reparar”.

Hoy por hoy, el material fílmico sigue siendo el más seguro y duradero. Pero la tecnología también tiene enormes ventajas: acercó el tema de los archivos a la gente común. “Actualmente todos somos archivistas, porque tenemos el computador lleno de archivos”, sostuvo. “Si antes lo complejo era recuperar material, hoy es al revés, hay que seleccionar cuál se guarda y conserva. La pregunta es qué y cómo se elige”, porque añadió que además no hay un estándar de formato y las actualizaciones técnicas se suceden rápido, dejando obsoletas muchas vías de rescate. “Los archivos de pocos recursos como el nuestro corremos tras la tecnología”, señaló.

Otros expositores

Otros dos expertos dictaron charlas en esta segunda jornada del evento. La primera fue la colombiana Myriam Garzón, directora de la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, quien se refirió al funcionamiento de su organización, sin fines de lucro, creada en 1986. Tienen material desde 1915 a la actualidad, sumando más de 200 mil rollos, el cual hay que conservar en la era digital, lo cual es complejo. “Es muy clara la política de mantener los negativos originales y esa conservación no solo implica tenerlos almacenados de la mejor forma posible, sino también hacer todo el proceso que consiste en los inventarios, la verificación de contenido y diagnóstico del estado, porque la cinta cinematográfica es un material muy sensible”.

La entidad ha repatriado imágenes desde laboratorios internacionales, superando obstáculos como el alto costo de la restauración, que casi equivale a una nueva película. Hoy, el Fondo de Desarrollo Cinematográfico de Colombia permite recuperar dos o tres cintas al año.

“La revolución cibernética nos cambió todo el panorama. Hemos ido avanzando poco a poco, porque los retos son a nivel tecnológico y esos equipamientos no están en el país”, subrayó, comentando que desde 2004 a la fecha han restaurado unas 30 películas, como “María”, de Máximo Calvo, cuyos negativos se dañaron cuantiosamente por las altas temperaturas de la tropical Cali, ciudad donde vivía el realizador.

Por su parte, el uruguayo Luis Elbert dio un completo vistazo a los distintos formatos cinematográficos, dando cuenta, por ejemplo, de cómo la restauración del cine mudo exige un cuidado extremo. “Al no haber sonido, el cuadro era un poco más grande, entonces todo el espacio libre que la cinta no utilizaba para los engranajes que se asocian a la banda sonora, se ocupaba para la imagen. Cuando vemos películas hechas antes de 1928, en general se han recuperado sin la debida preocupación y se han copiado con aparatos del cine sonoro; es decir, el cuadro original tiene un tercio de menos a la izquierda, donde después en los aparatos para cine sonoro estaba el espacio para la pista de sonido”.

El académico puso sobre relieve la importancia de la restauración y la minuciosidad que conlleva, pues la falta de esta afecta el encuadre, algo que no es casual, sino elección del director. Asimismo, derribó el prejuicio de que el cine de las primeras décadas del siglo XX era imperfecto. “Era absolutamente profesional, su imagen era perfecta y brillante”, explicando que como se proyectaba usando la manivela, cuya velocidad es imposible precisar con exactitud, tenía menos cuadros por segundo, lo que hace que los movimientos se vean acelerados al ser reproducido por aparatos modernos.

Durante el segundo día, también se exhibieron los cortometrajes “Noche” (1997) y “Manos libres” (2001), de Tomás Wellss.


Fuente: UNIVERSIDAD TECNICA FEDERICO SANTA MARIA / Comunicaciones - 23/10/2013


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