el acceso de poder en el aeropuerto internacional de holguín, Cuba

el acceso de poder en el aeropuerto internacional de holguín, Cuba

El aeropuerto Internacional de Holguín ha ganado fama internacional entre cubanos y no cubanos a partir del abuso y los excesos de las autoridades de esta instalación. El análisis del poder \"allí donde se ejerce\", tiene la ventaja de dar una perspectiva de lo que puede ocurrir en una sociedad donde los derechos individuales no cuentan. Por ejemplo, los familiares y amigos no pueden gozar de la libertad de ir a recoger a un pasajero en su automóvil particular, y deben usar un coche del parqueo de taxis estatal, de lo contrario sufrirán del chequeo y una multa de la policía y los inspectores , los cuales están posicionados en la entrada del aeropuerto para todo coche que salga de la instalación sea

requisado por estos. Muchas familias se quedan boquiabiertas cuando quieren multarle al tío, el esposo, el sobrino, que han venido desde las zonas más inhóspitas del oriente cubano a recogerle. La emoción del encuentro después de meses o años sin contacto queda frustrada por la ocasión del atropello.

Entonces cabe preguntarse ¿por qué este tipo de comportamiento que denota a Holguín por encima del resto de los aeropuerto del resto del país?

Foucault señala que, más que considerar el poder como una instancia, conviene plantear la cuestión de \"cómo\" se ejerce el poder. Mucha gente de manera ingenua considera que solo es un fenómeno de los aduaneros y autoridades holguinera, pero realmente es un problema de muchos de los aeropuertos cubanos, revelando el exceso del ejercicio del poder en Cuba. Si nos remitimos a las leyes de La Aduana de Cuba se observa un sin número de disposiciones inadmisible para otro estado o sociedad de derecho. En Cuba la ley faculta a sus aduaneros para “presumir” que

cualquier objeto que porte el pasajero fuera de su equipaje personal es una mercancía en potencia. El caso más descomunal fue el de un viajero alemán procedente de Hamburgo el 28 de noviembre de 2009. Él traía cuatro discos duros extraíbles con conexión USB para guardar música, videos y fotos sobre Cuba que diera posibilidad a su esposa cubana mantener, aunque en la distancia, una vez que viajara a Alemania, interacción efectiva con su entorno cultural. Pero gran sorpresa se llevó cuando el jefe del grupo aduanero de turno eses día le aplicara embargo de tres de los cuatros discos extraíble que poseía en su equipaje de mano por sospechar que los mismos tenían un fin comercial.

Otro viajero le retuvieron dos teléfonos inalámbricos porque no tenían clara la frecuencia con que operaban, por este motivo hubo de viajar dos veces desde Santiago de Cuba a Holguín para poder recuperar los teléfonos, aguantando todo tipo de vejaciones de las autoridades del mencionado aeropuerto, pues una vez que los especialista

de la radio comunicación dictaminaron que los motorolas eran de la frecuencia de bandas autorizadas, estos rehusaron a entregárselos eses mismo día alegando estar ocupados.

Pero el hecho más ridículo es obligar a una persona viajar a la fuerza en una taxis del Estado. El modo en que ocurre revela la fuerte red que forman taxistas, inspectores y policía en la mencionada instalación. Las personas que viene desde Palma Soriano, Contramaestre, Bayamo con un coche particular para no ser multado por la policía del aeropuerto esperan en las afueras a sus familiares, aproximadamente a unos tres kilómetros en la localidad de Los Pinos, pero esta estrategia se convierte en una trampa, porque los taxitas cuando los pasajeros le indican transportarlos hasta Los Pinos, avisan de inmediato a los inspectores por la radio del taxi a través de una clave o dejando encendida la radio, así la policía llega a la hora de realizar el trasbordo, multando al chofer y obligando a los pasajero a abordar un taxi del aeropuerto.

nUn vecino de Los Pinos, nos comenta que el puede contar más de 10 ó 20 casos de estos al día, afirmando, “esto aquí es una película, si estuviera una cámara ya hubiese filmado esta persecución similar a los filmes de policías y ladrones”.

Pero realmente detrás de estas prácticas se esconde un floreciente comercio, y un fenómeno de abuso de poder y corrupción, articulado alrededor de los taxitas, que buscan proteger la recaudación de divisa pagando una dote a los policías para que cuiden su frontera a merced de pisotear el derecho de libre entrada y salida del aeropuerto a los cubanos en sus coches. Este tipo de “negocio usurero” es perverso.

A todos los cubanos dentro y fuera de la Isla

¡Denunciemos este hecho!

Fuente: UNIVERSIDAD DE ORIENTE CUBA / Julio Casas - 10/01/2010