El docente de la carrera de Técnico Universitario en Electricidad de la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María, José De la Vega, se refiere a los riesgos asociados a la tradicional práctica de encumbrar volantines en esta fecha.
La celebración de Fiestas Patrias en nuestro país considera juegos y ritos tradicionales que cuentan con gran popularidad, sobre todo entre niños y jóvenes. Uno de ellos es la práctica de encumbrar volantines, la cual conlleva riesgos de diverso tipo, más aún cuando el uso de hilo curado se ha masificado en el último tiempo. Los casos de personas electrocutadas al entrar en contacto con el tendido eléctrico por elevar volantines, han puesto en alerta a las autoridades, ya que las fiscalizaciones resultan insuficientes si no son acompañadas de una práctica responsable.
En ese sentido, el profesor de la carrera de Técnico Universitario en Electricidad de la Sede Viña del Mar de la Universidad Santa María, José De la Vega, considera que se debe legislar sobre este tema y no solo esperar resultados a través del aumento en el número de inspecciones, sobre todo debido al peligro que implica el uso de hilo curado, “ya que este perfectamente puede cortar los conductores, y un cable de media o alta tensión energizado que cae a la calle es un riesgo vital para cualquier persona al provocarle un choque eléctrico, además de interrumpir el servicio a los usuarios”, afirma.
Por este motivo, el docente de la USM cree que “aquí no se trata de fiscalizar, puesto que la inspección tiene un límite”. El especialista es más bien partidario “de crear una ley que prohíba, por ejemplo, la fabricación del hilo curado, y que implique penas de cárcel en caso de transgresión, porque quien fabrica esto sabe los peligros que genera”. Asimismo, asevera que los riesgos de encumbrar volantines no se dan solo a nivel de accidentes provocados por el contacto con líneas eléctricas “sino que por casos de personas que sufren amputaciones causadas por el hilo curado. En nuestro país tenemos muchos ejemplos, sobre todo en niños. Es decir, hay mucha ignorancia sobre este tema, pero creo que la responsabilidad es de quien comercializa su uso”.
Un precipicio legal
A nivel gubernamental, se han tomado medidas como el plan “Volantín Seguro 2014”, impulsado de forma mancomunada por diversas autoridades en la Región Metropolitana. La iniciativa tiene como objetivo realizar labores preventivas en este ámbito: hasta julio de este año, se habían notificado 27 desperfectos causados en la red de energía eléctrica a causa de esta práctica, aumentando en un 10 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
No obstante, el experto extraña una legislación más dura. “Se requisa material pero nada se sabe de los fabricantes, entonces es insuficiente, ya que la Ley de Servicio Eléctrico regula todas las instalaciones eléctricas, lo cual queda bajo la responsabilidad del instalador en términos de seguridad; pero en el caso de la persona que confecciona el hilo curado, no existe regulación ni exigencias legales, entonces más que un vacío, estamos ante un precipicio legal”.
En cuanto a las condiciones que podrían causar un accidente eléctrico por encumbrar volantines, José De la Vega explica que “si el hilo está húmedo y entra en contacto con el tendido eléctrico, actúa como conductor y la persona hace de tierra, lo cual genera un circuito provocando un contacto directo, y eso reviste un peligro vital inminente. Ni siquiera es necesario topar el cable, porque a veces por la cercanía del campo eléctrico se produce una circulación de corriente a través del aire”.
Para José De la Vega, la educación escolar preventiva juega un papel fundamental en esto. “No se ha tomado conciencia de los peligros que puede traer encumbrar volantines de forma irresponsable, entonces si les hacemos una inducción a jóvenes y niños para evitar accidentes tanto eléctricos como por heridas causadas por el hilo curado, se podría avanzar en algo”. El docente indica que ellos, entusiasmados por la diversión, “no logran medir el riesgo porque también desconocen el nivel de peligrosidad del tendido eléctrico, y a esto hay que agregarle el autocuidado, cuya responsabilidad recae directamente en los padres de los menores”, enfatiza.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 12/09/2014
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