Mauricio Osses señala que las compañías de transporte podrían recuperar la inversión de la transición del diésel a los sistemas híbridos y eléctricos en diez años.
Desde hace algún tiempo que el sistema de transporte se ha transformado en una de las áreas con mayores desafíos para nuestro país. Modificaciones en los tipos de autobuses, creación de autopistas, nuevos recorridos y el aumento de vehículos transitando han generado diversos problemas a nivel urbano. Pero este no es un panorama único en la región, pues varios son los países latinoamericanos que se encuentran en la misma situación debido al crecimiento de sus urbes.
Es por esto que el grupo C40 Cities junto a la Iniciativa Climática de la Fundación Clinton (C40-CCI), con apoyo financiero del Banco Interamericano del Desarrollo visualizaron la idea de realizar una investigación acerca de los cambios que conllevaría en Latinoamérica modificar sus autobuses diésel a híbridos y/o eléctricos, con el objeto de atraer este tipo de tecnologías a la región para reducir los avances del cambio climático.
Precisamente en dicho estudio participó Mauricio Osses, académico del Departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad Técnica Federico Santa María, quien probó 17 tecnologías distintas en autobuses de cuatro ciudades de América del Sur: Río de Janeiro, Sao Paulo, Bogotá y Santiago.
A partir de las conclusiones llevadas a cabo por el investigador se evidencia que es rentable adquirir vehículos híbridos y eléctricos comparativamente con lo que cuesta el diésel: “Los buses híbridos y eléctricos son más caros, pero haciendo un análisis a diez años se puede recuperar la inversión debido al consumo”, sostiene Osses.
Pero además de eso, el investigador destaca la reducción de la contaminación de estos nuevos vehículos que cada vez ganan más espacios en el mercado asiático y norteamericano: “Un vehículo híbrido reduce entre el 60 y 80% los contaminantes”. Y en lo que se refiere al dióxido de carbono (CO2), principal generador del efecto invernadero, “las reducciones estuvieron del orden del 30% para los vehículos híbridos y de un 70% para los eléctricos, en comparación con los de tipo diésel”, menciona el académico de la USM.
El desafío hacia un transporte limpio: la aversión al cambio
Tras el estudio realizado, Osses manifiesta que son muchos los beneficios que traerán estos nuevos vehículos, pero es necesario que las empresas y los gobiernos se atrevan a realizar esta transición.
Según Osses el gran problema es el temor al cambio tecnológico: “Las empresas están acostumbradas a trabajar con vehículos diésel y no se atreven a incorporar un sistema de propulsión eléctrico porque no tienen la experiencia ni los técnicos necesarios para ello”.
En este sentido, vale mencionar las diferencias que posee cada tipo de vehículo. Por una parte, los diésel poseen una autonomía de 300 a 400 kilómetros. En tanto, los híbridos que, además de utilizar el sistema de gasolina y combustible normal, tienen baterías que se cargan con frenos regenerativos, siendo así más eficiente en su consumo y aportando menos gases de efecto invernadero. Por otra parte, los vehículos eléctricos se cargan a través de energía eléctrica sin consumir ningún derivado del petróleo y cuentan con una autonomía de 200 a 250 kilómetros.
Es por eso que debido a las características señaladas, muchos son los que poseen temor debido al desconocimiento que hay en torno al funcionamiento de estos vehículos, en cuánto a autonomía, altos costos de inversión inicial, capacidad de pasajeros y carga, entre otros.
Actualmente Brasil ya está avanzado en la materia, adquiriendo varios centenares de autobuses híbridos a modo de sorprender con su energía de bajo consumo en los eventos a nivel mundial que se realizarán en dicho país. En tanto, Colombia y Chile están trabajando con autobuses híbridos de muestra. De hecho, para la próxima Feria de Iniciativas Estudiantiles que se realizará en el Campus Santiago San Joaquín de la Universidad Santa María se espera contar con varios vehículos de demostración 100% eléctricos.
La incorporación de nuevas energías más limpias en el sistema de transporte chileno es una realidad que cada vez está más cerca, y en este sentido el académico Mauricio Osses es claro: “Los últimos que se suban a este proceso van a ser espectadores. Pero la idea es que Chile no sea espectador, queremos que sea un actor de este cambio”.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 24/09/2013
GuiaPlaza.com no se hace responsable de la información que contiene esta nota y no asume responsabilidad alguna frente a terceros sobre su íntegro contenido, quedando igualmente exonerada de la responsabilidad de la entidad autora del mismo. El autor puede solicitar su eliminación a través del formulario de contacto.
