Un novedoso dispositivo acústico que puede disminuir la contaminación acústica y revolucionar el mercado de la publicidad, desarrolló en conjunto con los laboratorios en Estados Unidos, el profesor de
Locomoción colectiva, construcción de edificios, autos enchulados y bocinazos por doquier, son realidades que se han transformado en un panorama habitual para los miles de chilenos que viven en las principales ciudades del país, quienes ven cómo su calidad de vida se deteriora por la contaminación acústica existente.
Según datos entregados por la Corporación Nacional del Medio Ambiente (CONAMA), la primera fuente de contaminación es el tránsito vehicular que ocupa el 70%, el otro 30 % lo constituyen entre las \"fuentes fijas\", es decir, las industrias, talleres, centros de recreación, actividad de construcción, etc. y los agentes de menor impacto que son aquellos de
ocurrencia esporádica como: gritos de los niños que juegan en calles y parques, conciertos al aire libre, ferias y vendedores callejeros, sonidos de animales domésticos, fuegos artificiales, etc.
Motivado por su fascinación por el sonido y la problemática existente, el profesor de la Universidad Santa María, Sede Viña del Mar, Walter Adrian, desarrolló un dispositivo acústico de largo y mediano alcance que permite crear un sonido focalizado que llegue sólo a un lugar específico, pero que sea inaudible a las personas que se ubican en la periferia.
El profesor Adrian indicó que este novedoso sistema es un invento de última tecnología, sin embargo utiliza el principio de las sonares submarinos, principio físico que data de la época del 70, que permite dirigir el sonido, tal como lo hace un rayo de luz de una linterna. “En esa época ya se intentó desarrollar este tipo de altavoces pero el sonido salía muy distorsionado, no fue hasta 1998 cuando Joseph Pompei del MIT desarrollo unos algoritmos
que reducían la distorsión a un nivel aceptable”.
Añadió que “los parlantes emiten sonidos en todas las direcciones. Un ruido normal es como una luz que esta rondando de sonido alrededor de nosotros. Sin embargo, se puede direccionar como una linterna o proyector. Esto se logra emitiendo una alta frecuencia que se proyecta en línea recta como un rayo largo, el cual puede alcanzar fácilmente los 100 mts”.
El experto señaló que este dispositivo acústico “está formado por un procesador de señales y un emisor de ultrasonidos que obtiene el impulso eléctrico necesario para funcionar como un amplificador ultrasónico. Sus dimensiones son pequeñas, ya que éste en si no es más grande que una cámara digital, y el transductor tiene un espesor de 1 centímetro”. Además, su principio de financiamiento es básico, “ya que simplemente con una alta frecuencia no audible por el ser humano se logra emitir una frecuencia audible”.
Agregó que “este aparato funciona aprovechando que el aire posee propiedades
no lineales; y las ondas emitidas por un array de altavoces muy pequeños, genera una onda mucho más grande cuando estos se encuentran en fase. El problema que se tenía al principio no fue de naturaleza electrónico, sino metalúrgico, pues no existían los materiales para fabricar el transductor, y resultaban chillidos y chasquidos los cuales no otorgaban una onda limpia”. Su colaboración fue pequeña, pero importante al mantenerse en contacto con los laboratorios en los Estados Unidos hace ya 5 años.
Al ser consultado por sus aplicaciones y valor comercial, el profesor del Departamento de Mecánica de la sede viñamarina, indicó que puede servir “como un medio de publicidad no invasivo, por lo mismo se puede utilizar en grandes tiendas, en mall, cajeros automáticos inclusive en publicidad de una vereda o puente sin necesidad de estar invadiendo el entorno, ya que está diseñado específicamente para la industria”. Además, se puede direccionar a un grupo de personas el mensaje que se quiere enviar.
Es
importante señalar que este dispositivo es único en Chile, pero que actualmente hay prototipos de altavoces en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Boston y en Epcot Center de Disneylandia. En cuanto a su valor comercial, este fluctúa alrededor de los dos millones de pesos la unidad más pequeña, acotó.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 17/12/2010
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