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UNIVERSIDAD TéCNICA FEDERICO SANTA MARíA | 2011

Profesor USM que vivió en Japón analiza proyecto de Alerta Temprana

El Dr. Werner Creixell, del Departamento de Electrónica, habla de su experiencia en el país nipón y vislumbra complicada la implementación del sistema en Chile.

Profesor USM que vivió en Japón analiza proyecto de Alerta Temprana
Comunicado de prensa

Profesor USM que vivió en Japón analiza proyecto de Alerta Temprana

Werner Creixell, profesor de la carrera de Ingeniería Civil Telemática de la Universidad Santa María, vivió más de nueve años en Japón. La primera vez, en 1998, se trasladó por un año a trabajar como Ingeniero en Telecomunicaciones de la Nippon Electric Company, en la capital de ese país, y en 2001 decidió regresar a hacer un doctorado en Information Science and Technology en la Universidad de Tokio, volviendo a la misma ciudad.

Allí residió por otros ocho años, por lo que está en pleno conocimiento de cómo funciona el Sistema de Alerta Temprana (SAT) que el gobierno chileno pretende comenzar a implementar a fines de este año.

“No soy experto en el tema, porque no me

especializo en eso ni he investigado mucho, pero puedo dar mi opinión como un japonés más”, aclara, rememorando su larga estadía en el país, recientemente azotado por un fuerte terremoto y posterior tsunami. Es así como el académico cuenta que se trata de “un sistema que abarca muchas áreas, no hay una sola unidad encargada de dar la alerta, sino que más bien es una coordinación de varias”.

Es así como en cuanto a planificación urbana, las ciudades cuentan con un sistema especial de amplificación de sonido. “Todas las zonas residenciales de Japón, incluso en los pueblos más chicos, cuentan con altavoces en todas las esquinas”, ejemplifica. “Y cuando hay una alarma, de cualquier tipo, se utilizan. Están en todas partes. No es que haya un vehículo de emergencia o alguien hablando por megáfono, es un sistema centralizado que creo que acá ni siquiera han pensado”.

Avances en telefonía y TV digital

Respecto a su implementación en Chile, que pretende partir por el área de telefonía móvil a

fines de este año, se muestra un poco escéptico. La idea del gobierno es coordinar la alerta a través de una Agencia Nacional de Emergencia, que reemplazará a la ONEMI, y que enviará un mensaje de texto de 100 caracteres a los celulares tras captar las ondas de sonido del temblor.

“El problema con los celulares es que con tanta propaganda no solicitada que permiten las compañías, que quieran por el mismo canal enviar mensajes de alarma de extrema urgencia e importancia no es una buena idea, porque ese canal ya no está validado por la gente: usan y abusan de él sin el consentimiento de los usuarios. Sería complicado”, opina. Recalca, además, que el lapso de reacción no excede los 30 segundos “y funciona más que nada cuando no estás en el lugar del epicentro; estando ahí, no creo que sea de gran utilidad porque el tiempo de ventaja es casi nulo”.

Creixell critica además que aún no haya una coordinación a nivel país respecto a cuál será el aviso de emergencia. “Por ejemplo, los Bomberos podrían

hacer sonar las sirenas, pero tendríamos que conocer un tipo de sonido particular, distinto al de cualquier incendio”, dice. “Es algo que pudo implementarse perfectamente en el año que transcurrió desde el 27 de febrero para probarse en la última alerta que tuvimos tras el sismo en Japón, porque más que dinero, requiere ponerse de acuerdo”.

Respecto a la TV digital, que en cinco años más debería estar completamente funcional para alertar a los usuarios, el profesor se vale nuevamente de su experiencia. “La nueva norma japonesa permite que el televisor, estando enchufado y aunque esté apagado, se encienda para entregar la información de la alerta. Más todavía ahora, cuando hay muchos teléfonos celulares que tienen TV digital incorporada”, destaca. Asimismo, relata que vivió varias alertas de tsunami en su estadía allá, y que en esos casos aparecía en la pantalla, sin importar el programa, un mapa de Japón, ilustrando las zonas que podrían verse afectadas por el maremoto. “La norma permite muchas cosas,

pero la pregunta es cuántas de ellas efectivamente serán implementadas”, puntualiza.


Fuente: UNIVERSIDAD TéCNICA FEDERICO SANTA MARíA / Comunicaciones - 31/03/2011


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