Docente de la Sede Viña del Mar, Jaime Carmi, realizó un diagnóstico sobre el derrame de petróleo en la zona y entregó algunas medidas que, su entender, debiese adoptar la autoridad competente en la materia para mitigar los riesgos asociados a esta emergencia.
El 24 de septiembre, la Bahía de Quintero se despertó con una mancha negra sobre sus costas. 22 mil litros de petróleo, según la información oficial posteriormente entregada, habían sido derramados sobre el perímetro oceánico que comprende esa zona, en un incidente ocurrido mientras un buque descargaba el hidrocarburo a los estanques de la Empresa Nacional de Petróleo (ENAP) en el Terminal Marítimo de esta.
Este lugar, que constituye un foco industrial y polo de desarrollo para la economía tanto regional como nacional, ha sido escenario de reiterados acontecimientos de estas características, como el ocurrido hace unos años en La Greda. De acuerdo al registro difundido por un medio de prensa nacional, serían 17 las empresas que operan en este sector, por lo cual el riesgo inminente de este tipo de emergencias tiende a acrecentarse.
En ese sentido, el profesor del Departamento de Química y Medio Ambiente de la Sede Viña del Mar de la Universidad Técnica Federico Santa María, Jaime Carmi, se refirió a las medidas que debiese adoptar la autoridad competente en esta materia para evitar consecuencias mayores, “puesto que aún no se tiene claro el volumen del crudo derramado, lo cual es importante para evaluar el impacto ambiental real que esto tendrá”.
Entre los posibles impactos en la estabilidad del medio ambiente y a nivel social que podrían ocurrir a causa de esta emergencia, el profesor Carmi contempla en su análisis cuatro ejes: la contaminación ambiental; los efectos estéticos; el daño social y el daño al turismo.
De acuerdo al primer eje, “se podría producir contaminación del recurso marino, es decir mariscos y peces, como muerte de aves y animales marinos en forma inmediata, así como a mediano y largo plazo”. Sobre los efectos estéticos, explica que “debido a la mancha de petróleo en el mar y el posible transporte de ésta hacia las playas, abarcaría un amplio rango”. En cuanto al daño social, “este se reflejará en el impedimento de los pescadores para desarrollar su labor por un tiempo, que no está muy claro su extensión”, sostuvo. Por último, Carmi también cree que el turismo puede verse afectado, “ya que existe la posibilidad de que la mancha de petróleo se desplace hacia las playas cercanas perjudicando esta actividad económica, ya que podría disminuir el número de visitantes a los balnearios”.
Medidas ante la emergencia
Aunque las medidas inmediatas tras la emergencia fueron adoptadas por la Armada y ENAP, el profesor Jaime Carmi explica que “los componentes más livianos del petróleo se evaporan y esto se produce durante las primeras 48 horas del derrame, quedando las fracciones más pesadas, las cuales se degradarán en parte y también contaminarán los sedimentos marinos”. Es por ello que –recomienda– “las medidas primarias deben ser de tipo mecánico para evitar la extensión de la mancha de petróleo, como barreras de contención y el uso de paños absorbentes, también el empleo de palas para limpiar las playas. También está el uso de dispersantes en el agua que facilita la degradación natural”.
Además, “debiese haber empleo de microorganismos o agentes biológicos para degradar el petróleo; también uso de aceleradores de biorremediación oleofílicos que aportan nutrientes como nitrógeno y fósforo, los que favorecen la acción de degradación por soporte del crecimiento de los microorganismos, y aprovechar la experiencia de otros casos similares de derrame de petróleo crudo en el mundo”, dijo.
Sin embargo, el profesor Jaime Carmi cree que “a pesar de todas las medidas que se tomen la contaminación puede persistir en el tiempo, debido a la solubilización en el agua de parte de los contaminantes y el atrapamiento de contaminantes más pesados por parte de los sedimentos”.
Por otra parte, considera que “la bahía de Quintero es una zona saturada, donde hay descargas de elementos químicos, algunos con alto grado de toxicidad, solventes, y eso es recurrente, entonces hay que ver hasta qué grado de congestión podría aguantar esta zona, en relación a la cantidad y el tipo de empresas que allí desarrollan sus procesos industriales, para evitar una contaminación que afecte la salud de las personas que habitan en los alrededores”.
Monitoreo
Por último, y en relación a esta emergencia, para el docente del Departamento de Química y Medio Ambiente de la Sede Viña del Mar USM, “es conveniente hacer un seguimiento en el tiempo de la contaminación para ver el progreso degradación del petróleo, y para ello se pueden tomar como indicador algunas especies marinas como los bivalvos, los cuales tienden a concentrar los contaminantes, ya que son organismos filtradores”.
Además, “también se puede tomar como indicadores de la degradación la relación de hidrocarburos existentes en el petróleo que se degradan bien, respecto a otros que son difíciles de degradar”, concluye
Fuente: SEDE VIñA DEL MAR / Universidad Técnica Federico Santa María - 16/10/2014
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