recetas
UNIVERSIDAD TéCNICA FEDERICO SANTA MARíA | 2011

Inglés: un esfuerzo constante y conjunto

Columna de María Virginia Avilés, profesora del Departamento de Estudios Humanísticos de la Universidad Técnica Federico Santa María.

Inglés: un esfuerzo constante y conjunto
Comunicado de prensa

Inglés: un esfuerzo constante y conjunto

Según la reciente prueba SIMCE, el 89% de los estudiantes medidos no logra manejar el nivel básico del idioma inglés. Un resultado pobre, a todas luces, donde la gran mayoría de los alumnos provenía de colegios municipalizados y particulares subvencionados, al igual que el 70% de los estudiantes que ingresan a nuestra Universidad.

El resultado SIMCE nos afecta directamente. En el diagnóstico que aplicamos al recibirlos, cerca del 60% no pasa del nivel elemental, confirmando las estimaciones de la medición nacional.

El problema de fondo viene de los colegios y la formación docente. Los planteles que forman profesores en este campo deben invertir para que alcancen estándares y manejen metodologías actualizadas y efectivas.

El inglés requiere un aprendizaje activo, clase a clase, viviendo las situaciones en el idioma, reproduciendo los contextos a los que se puede ver enfrentado el hablante, para saber cómo reaccionar e interactuar en la lengua. Los otros medios apoyan, pero el profesor y la clase no son reemplazables.

En cuanto a la desmotivación de los estudiantes, hay una mezcla de cosas. Un niño de una escuela municipal tiene otras carencias y el inglés no es una necesidad inmediata. Encantarlos con el idioma sería la labor del profesor, a través de actividades y materiales didácticos simples pero creativos. También es importante hacer participar al resto de la comunidad educativa y hacer trabajo colaborativo con los docentes de otras áreas: en síntesis, crear interés en el uso de la lengua. Y esto es válido para todo contexto educativo, no sólo el escolar.

Aprender otro idioma sólo trae beneficios, ninguna desventaja. Está científicamente comprobado que una mente que tiene incorporados dos sistemas

lingüísticos es cognitivamente más desarrollada que la de un monolingüe. Pero de ello debe estar convencido tanto el que lo aprende, como el que lo enseña, además del proyecto educativo que lo incorpora en su curriculum.

No es fácil aprender una lengua extranjera, menos aún para nosotros, que en nuestro “dialecto castellano chileno” no tenemos la mejor fonética, solemos “comernos” los finales de las palabras, las eses, por ejemplo, sin afectar el significado. En cambio una mala pronunciación en inglés puede cambiar el sentido de una palabra.

En suma, hay mucho trabajo por hacer, más en un país donde también hay problemas con la comprensión de lectura y el uso adecuado de la lengua materna. Siendo realistas, no podemos aspirar a un Chile “bilingüe”, porque tal objetivo puede llevarnos a una mayor frustración, pero sí a formar usuarios eficientes del inglés en ámbito laboral y de estudio. Las universidades del país, entre ellas la nuestra, están asumiendo cada vez más el compromiso de

implementar planes para dar oportunidad a sus alumnos de lograr ese objetivo, adoptando estándares de suficiencia e implementando sistemas para ayudar a sus alumnos demeritados a lograr lo exigido.

Finalmente, a modo de consejo para los estudiantes, en general, y en especial a los universitarios, considerar inglés sólo como “un ramo más que hay que aprobar” es absurdo y cortoplacista. La automatización de la gramática y adquisición de vocabulario necesarios para llegar a ser un usuario independiente de la lengua –meta que frecuentemente se interpreta como llegar a “soñar” y “pensar” en la lengua- es fruto de estudio y preocupación personal, de constante búsqueda de todas las oportunidades posibles, para adquirir y practicar la lengua, algo que requiere dedicación permanente.


Fuente: UNIVERSIDAD TéCNICA FEDERICO SANTA MARíA / Comunicaciones - 30/03/2011


Este sitio usa imágenes de Depositphotos