Curso dictado por la USM muestra positivos resultados en Fanaloza

Curso dictado por la USM muestra positivos resultados en Fanaloza

En octubre del año pasado, 25 supervisores de Fanaloza participaron en el curso de formación de líderes para la mejora continua de los productos de la empresa, en la Universidad Técnica Federico Santa María, Sede Concepción.

A ocho meses de la capacitación que constó de un levantamiento en terreno orientado a detectar las oportunidades de mejora y de la estructuración de un programa de capacitación para líderes y operadores; tanto jefatura como trabajadores se muestran sumamente satisfechos con los resultados.

Si bien el programa responde a la actividad de formación de células de mejora continua que ya se estaba ejecutando en Fanaloza, lo aprendido por los supervisores en la USM, fue fundamental

para ordenar el trabajo y para poner en práctica el trabajo en equipo.

Así lo constataron el director de Asuntos Externos, César Gauci, y el docente Rafael Solar, durante una visita realizada a la empresa y en la que pudieron ver in situ cómo funcionan los grupos de mejora continua.

Según lo señalado por el encargado del programa, Jamil Lara, actualmente hay más de 10 grupos dedicados a la mejora continua. Cada equipo tiene un nombre particular y está enfocado a solucionar problemáticas de la producción en distintas etapas.

Job Mora, trabajador del área de colage, es líder del grupo “Los Magos” y, por lo que comenta, verdaderamente hacen magia para solucionar los pequeños problemas que surgen día a día y que afectan la producción. “Nosotros trabajamos en una pieza determinada y de cuando en cuando las piezas salen con grietas o fallas. Nos encargamos de encontrar una solución a esa falla. La experiencia en la universidad fue buenísima, aprendimos a manejarnos a nivel de grupo y a

resolver los problemas todos juntos, como un equipo”.

Y el trabajo en equipo es justamente una de las herramientas que los trabajadores de Fanaloza aprendieron en la USM y que es destacada por el encargado del programa, Jamil Lara. “Antes era el jefe o el supervisor el que andaba preocupado de las fallas en las distintas piezas y fases de producción, ahora todos están comprometidos en esa tarea, no sólo algunos. Con el coaching que recibieron en la USM, ellos aprendieron a trabajar en equipo y a ser proactivos”.

Roberto Serrano trabaja en el área de alta presión y pertenece al grupo “Los salvavidas”. Hace poco tiempo el equipo encontró solución a una grieta y actualmente trabajan con esmero para encontrar salida a otra falla que se presentó. Según dice, las reuniones sirven mucho para resolver y tomar decisiones. “Vamos conversando cómo podemos solucionar el tema de las grietas. Los tres turnos aportamos con las ideas y somos escuchados por los líderes”.

Tras la visita, el profesor

Rafael Solar, se llevó una positiva impresión de la empresa en cuanto a la adaptación de lo aprendido en la USM. “El modelo ya implementado antes de nuestra participación, ha sido mejor comprendido e incluso, se ha ampliado su uso. El principal aporte de nuestro equipo USM fue acercar a los trabajadores al uso de herramientas para mejorar la calidad desde una perspectiva comprensible y práctica, permitiendo fortalecer el camino ya comenzado”.

Desafíos diarios

El jefe de planta 1 y ex alumno de la USM, Edison Toledo, explica que trabajar con materiales delicados implica la aparición constante de fallas que hay que solucionar lo antes posible. Por eso, cuando se vieron en la necesidad de afinar las células de mejora continua, no dudaron en confiar esta tarea a la experiencia de la USM, Sede Concepción.

“Partimos hace cinco años perfeccionando nuestro método, ajustándolo a las necesidades de la planta, pero nos dimos cuenta que nos faltaba un paso más que era tener una capacitación de

mayor nivel, algo más profesionalizante. Buscamos y llegamos a la mejor opción que era la universidad. Para los trabajadores fue un avance notable, tanto en sus conocimientos como en su moral, ya que ir a la universidad fue motivo de orgullo para ellos y sus familias”.

El escenario actual de la planta ubicada en Penco es alentador. Tras el desastre del 27 de febrero de 2010, la fábrica de la región del Bío Bío fue la única que quedó en pie, teniendo que asumir la producción de la malograda planta de Santiago. Ello, conlleva una mayor supervisión de los productos, pero también la necesidad de contar con más trabajadores capacitados en mejora continua.

“Tuvimos que reconvertirnos a hacer productos que no habíamos hecho hace mucho tiempo para el territorio nacional. Asumimos la producción de la planta de Santiago, lo que nos llevó a contratar más gente. Debido a esto queremos continuar con el curso de formación de líderes y estamos buscando el mejor momento, ya que debemos conjugar los horarios

de capacitaciones con la producción que debemos lograr todos los días”, comenta Toledo.

Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 19/07/2011