Profesora de la Sede Viña del mar de la Universidad Santa María advierte que contaminación en aguas gasificadas revelaría graves problemas en la cadena de producción y capacitación del personal al interior de las empresas.
Ante los últimos casos de envenenamiento por consumo de agua mineral registrados en país, Cecilia León, profesora del Departamento de Química de la Sede Viña del Mar de la Universidad Técnica Federico Santa María, advirtió sobre posibles fallas en los sistemas de control al interior de las empresas dedicadas a este rubro.
La especialista señaló que el hecho de que hayan sido sólo algunas las botellas contaminadas, lejos de aminorar el problema, lo acrecientan, pues este antecedente indica la presencia de un problema mayor en alguno de los procesos que involucran la cadena de producción. “Los sistemas preventivos de aseguramiento de calidad e inocuidad de alimentos están basados en prevenir estos tipos de contaminación. Por lo tanto, cuando es el consumidor quien lo detecta, significa que algo pasó en uno de los sistemas que no entregó la información inmediata para detener la salida de ese producto al mercado”, indicó la experta.
Durante las últimas décadas, las aguas minerales se han trasformado en uno de los productos que lideran el mercado de las bebidas. Crecimiento que se ve impulsado por cambios en el estilo de vida de los consumidores, quienes buscan una vida saludable y ven necesario aumentar su consumo de agua. Lo anterior, sumado a la diversificación que ha sufrido el rubro. En la actualidad, el desarrollo de este tipo de bebidas, ofrece un gran atractivo, pues permiten encontrarlas en todo tipo de tamaños, sabores y diseños.
Sin embargo, para la especialista de la USM, problemas como el ocurrido en Chile revelan falta de control al interior de compañías productoras. “En las empresas se tiende a pensar que en el proceso productivo siempre va a salir todo igual y eso no es así, por lo mismo, siempre es importante controlar. Para esto último, se requiere capacitar a las personas en sus puestos de trabajo, para que sean capaces de detectar posibles contaminantes. En segundo lugar, registrar todo en planillas y formularios de control donde el manipulador pueda dejar la evidencia de que el trabajo se hizo correctamente”.
“Las compañías deben realizar una investigación, determinar donde se produjo la contaminación, no solo porque se hayan repetido los casos, sino porque la presencia de un caso amerita que se realice una investigación acuciosa”, añade.
Desde el punto de vista de los consumidores, León enfatiza que la única herramienta de prevención que tiene el consumidor ante este tipo de hechos, es comprarle a empresas que sean reconocidas dentro del área, marcas que den seguridad. “En estos casos de contaminación, los agentes contaminantes no se ven como sí se pueden observar al descomponerse un alimento. Un contaminante químico o biológico no hay como detectarlo, al menos que lo pruebes. Por esta razón es importante que el consumidor revise si la botella viene con colores extraños o esté manchada. Esos son indicadores de que el producto no ha sido tratado bien”.
Fuente: UTFSM / Comunicaciones - 04/09/2013
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