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DIRECCIóN GENERAL DE COMUNICACIONES | 2012

Académicos de la USM buscan generar biopesticidas para el control de patógenos que atacan la vid

La iniciativa utiliza Resonancia Magnética Nuclear de Alta Resolución para determinar qué tipo de estructuras de compuestos orgánicos son los más adecuados para su elaboración.

Académicos de la USM buscan generar biopesticidas para el control de patógenos que atacan la vid
Comunicado de prensa

Académicos de la USM buscan generar biopesticidas para el control de patógenos que atacan la vid

Generar biopesticidas especialmente diseñados para el control de patógenos que atacan los cultivos de la vid, es el principal objetivo de dos proyectos desarrollados por el académico del Departamento de Química de la Universidad Técnica Federico Santa María, Luis Espinoza, y el investigador del Centro de Biotecnología, Dr. Hugo Peña-Cortés; iniciativas que además utilizan la Resonancia Magnética Nuclear de Alta Resolución para determinar qué tipo de compuestos orgánicos -y su respectiva estructura- son los más adecuados para su elaboración.

El primero de ellos, “Síntesis de geranil hidroquinona lineales con actividad contra

fitopatogenos”, es un proyecto FONDECYT desarrollado en conjunto con la Universidad Andrés Bello y que considera la utilización de compuestos orgánicos como el geraniol y el orcinol (obtenidos de distintas plantas), que al ser modificados químicamente pueden generar biopesticidas y que según destacó Espinoza, pueden sustituir a los de origen químico, ampliamente utilizados en la actualidad y de gran toxicidad.

Paralelamente a éste y con la colaboración del investigador Hugo Peña-Cortés, se está trabajando en el proyecto CORFO “Desarrollo de un sistema de producción de sustancias bioactivas de origen natural para el control de fitopatógenos de cultivos”; utilizando para esta investigación derivados de sustancias naturales con reconocidas propiedades antioxidantes y anticancerígenas, pero que para el control de plagas no registra estudios.

“El objetivo principal de ambas investigaciones es tratar de determinar si estos compuestos resultan tan activos y eficientes como los pesticidas de

origen químico, siendo escogidos para ambos proyectos por su alta disponibilidad, pudiendo inclusive ser obtenidos como un producto elaborado. Se trata de compuestos que son inofensivos para el medio ambiente y el hombre y que además tendrían el mismo efecto, transformándose en una alternativa”, detalló.

Asimismo, Espinoza explicó que “estamos en la etapa de la preparación de los productos y prontamente vamos a comenzar con las pruebas biológicas que consisten en incubar un determinado patógeno, luego incorporar el biopesticida e ir observando su inhibición”.

Resonancia Magnética Nuclear

Para determinar qué tipo de compuestos son los adecuados para la elaboración de estos biopesticidas, es que se utiliza la Resonancia Magnética Nuclear de Alta Resolución y que según precisó el académico, emplea el mismo principio físico de la resonancia de aplicación médica, permitiendo observar las propiedades estructurales presentes en distintos compuestos orgánicos.

“Se puede

determinar si es o no la estructura adecuada para la elaboración de un pesticida. Además del hidrógeno, medimos carbono y su presencia se determina porque estos núcleos aparecen a distintas frecuencias de resonancia. Nos indican cuántos son y cómo están posicionados éstos átomos en una determinada estructura molecular. Esto se traduce en un gráfico (espectro), que luego nos permite, como químicos orgánicos, interpretar la información”, detalló Espinoza, en el marco del seminario "Aplicaciones de Resonancia Magnética Nuclear de Alta Resolución para la Determinación de Estructuras de Compuestos Orgánicos", desarrollado en la Universidad Arturo Prat.

“El compuesto químico se disuelve en un solvente que contiene átomos de deuterio con propiedades magnéticas y luego es introducido dentro del Espectrómetro de Resonancia Magnética Nuclear. Acá queda expuesto al campo electromagnético que produce un efecto de distribución de núcleos. Luego aplicamos pulso de radiofrecuencias con una potencia y una duración

determinada, lo que provoca que los núcleos se intercambien de lugar y comienzan a liberar energía, la que es procesada matemáticamente, obteniendo una señal que permite conocer información importante relacionada con la estructura molecular, como por ejemplo saber cuántos átomos de carbono o hidrógenos, y la posición de ellos en la estructura para un determinado compuesto y la diferencia en la frecuencia me indica de que tipo son”, sostuvo.


Fuente: DIRECCIóN GENERAL DE COMUNICACIONES / Universidad Santa María - 30/07/2012


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